DEDICADA A, MADONNA.
Vengo del ronco tambor de la luna, en la memoria del puro animal,
soy una astilla de tierra que vuelve, hacia su antigua raíz mineral
rama de sangre, florezco en el vino, y el amor bárbaro del carnaval Vengo de dentro del hombre dormido, bajo la tierra gradosa y carnal
Yo quiero luz de luna, para mi noche triste,
para pensar divina, la ilusión que me trajiste
para sentirte mía, mía tu como ninguna,
pues desde que te fuiste, que no he tenido luz de luna
Yo siento tus amarras, como lazos, como garras,
que me ahogan en la playa, de la farra y el dolor
si llevo tus cadenas a rastras, en la noche callada,
que sea plenilunada, azul como ninguna
Pues desde que te fuiste, no he tenido luz de luna.
Vengo del ronco tambor de la luna, en la memoria del puro animal,
soy una astilla de tierra que vuelve, hacia su antigua raíz mineral
rama de sangre, florezco en el vino, y el amor bárbaro del carnaval Vengo de dentro del hombre dormido, bajo la tierra gradosa y carnal
Yo quiero luz de luna, para mi noche triste,
para pensar divina, la ilusión que me trajiste
para sentirte mía, mía tu como ninguna,
pues desde que te fuiste, que no he tenido luz de luna
Yo siento tus amarras, como lazos, como garras,
que me ahogan en la playa, de la farra y el dolor
si llevo tus cadenas a rastras, en la noche callada,
que sea plenilunada, azul como ninguna
Pues desde que te fuiste, no he tenido luz de luna.