Sobre mi ventana
Caía sobre mi ventana
una lágrima de cielo
de ese manto azúl eterno
que guarda todos mis recuerdos.
El aire acariciaba con sus brazos eternos
las suaves hojas del trite lamento.
Mis parpados se cerraron
breves segundos
y pensé, si,
pensé en el largo soñar de los muertos.
Apareció en mi mente
su pequeña ciudad
cubierta de un inmenso manto
vacía de esperanza,
llena de tormento.
Un suspiro se olló
a lo lejos... sediento,
Sí, sediento de amor eterno.
mi cuerpo se extremeció
y se llenó de un extraño sentimiento
y miedo fugaz.
al ver sus cuerpos,
la mente me abrió las puertas
que llevan a un mundo
de dicha y embrujamiento.
La arena cubría sus cuerpos
y con ellos su debil recuerdo,
algún amigo dejó caer una lágrima
de arrepentimiento
Y contemplando esa soledad
y aquel silencio,
comprendí el vacio
que deja el alma de un muerto.
D. L. Roca
Caía sobre mi ventana
una lágrima de cielo
de ese manto azúl eterno
que guarda todos mis recuerdos.
El aire acariciaba con sus brazos eternos
las suaves hojas del trite lamento.
Mis parpados se cerraron
breves segundos
y pensé, si,
pensé en el largo soñar de los muertos.
Apareció en mi mente
su pequeña ciudad
cubierta de un inmenso manto
vacía de esperanza,
llena de tormento.
Un suspiro se olló
a lo lejos... sediento,
Sí, sediento de amor eterno.
mi cuerpo se extremeció
y se llenó de un extraño sentimiento
y miedo fugaz.
al ver sus cuerpos,
la mente me abrió las puertas
que llevan a un mundo
de dicha y embrujamiento.
La arena cubría sus cuerpos
y con ellos su debil recuerdo,
algún amigo dejó caer una lágrima
de arrepentimiento
Y contemplando esa soledad
y aquel silencio,
comprendí el vacio
que deja el alma de un muerto.
D. L. Roca