EL ÚLTIMO SUSPIRO.
Si sabes que tus padres están sufriendo,
sin motivo ni razón justificados,
como es que no acudes a socorrerlos
cuando te lo piden a ti desesperados.
Tan duro es tu corazón que no responde
a una llamada de dolor tan desgarrada
que solo tú sabes como se produjo
y donde está la solución tan deseada.
Has roto nuestras vidas para siempre,
has truncado una felicidad lograda,
que solo tú nos la puedes devolver
con un gesto de amor y una llamada.
Como padre amoroso que lo eres
no puedes negar a esos dos niños
el amor de los padres que tú tienes
ni quitarles para siempre su cariño.
Piensa el mal ejemplo que reciben
piensa que ahora son unos angelitos
que nunca tengan ellos que decirte
papá, donde están los otros abuelitos.
M. Lara
Si sabes que tus padres están sufriendo,
sin motivo ni razón justificados,
como es que no acudes a socorrerlos
cuando te lo piden a ti desesperados.
Tan duro es tu corazón que no responde
a una llamada de dolor tan desgarrada
que solo tú sabes como se produjo
y donde está la solución tan deseada.
Has roto nuestras vidas para siempre,
has truncado una felicidad lograda,
que solo tú nos la puedes devolver
con un gesto de amor y una llamada.
Como padre amoroso que lo eres
no puedes negar a esos dos niños
el amor de los padres que tú tienes
ni quitarles para siempre su cariño.
Piensa el mal ejemplo que reciben
piensa que ahora son unos angelitos
que nunca tengan ellos que decirte
papá, donde están los otros abuelitos.
M. Lara