Fina seda recién rasgada,
fresca, pura como la nieve seca,
la convierto en un bello abanico de amor.
Redondo como la luna brillante,
para entrar y salir de tu mano,
y agitarse en una suave brisa,
pero siempre temo que cuando llegue el otoño
y los fríos vientos roben la llama y el ardor
sea arrojado al interior de una caja,
dulce amor mutilado a mitad de camino
fresca, pura como la nieve seca,
la convierto en un bello abanico de amor.
Redondo como la luna brillante,
para entrar y salir de tu mano,
y agitarse en una suave brisa,
pero siempre temo que cuando llegue el otoño
y los fríos vientos roben la llama y el ardor
sea arrojado al interior de una caja,
dulce amor mutilado a mitad de camino