CARA ARRUGADA
Me pongo a escribir poesías,
Con recortes y pedazos;
O con retazos guardados,
En un cajón de mi zarzo.
Aunque no salgan palabras,
Pongo toda mi ilusión,
Para terminar mis letras,
Que salen del corazón.
Quiero cantar a la Luna;
El astro que me enamora.
Y rezar al Cielo azul;
Sin importar día ni hora.
Sueño de noche, en la cama;
Que vuelo hacia las estrellas.
Y me abrazo a la almohada,
Para encontrarme con ella.
Me despierto a media noche;
Ya tiritando de frío.
Tengo la ventana abierta;
Y está cayendo el rocío.
Me levanto, sin pensar,
Que está cayendo el relente.
Voy a su cama a mirar;
Porque la tengo presente.
Le tapo con una manta;
Hecha con restos de tela.
Para que no se refríe,
Mientras enciendo candela.
Aprovecho un tuero viejo;
De una encina que se fue.
-Con secas leñas de jaras-
El fuego prende muy bien.
Cuando tengo las tostadas;
Con el jamón y el aceite,
La llamo a desayunar,
Suave, para que despierte
Llega con su pantalón,
Color azul, de vaquero.
Y cazadora marrón,
Del mismo tono que el tuero.
Devora bien las tostadas;
Con jamón y pan serrano,
Y nos vamos de paseo,
Por la mañana temprano.
Voy mirando las arrugas,
Que van cubriendo su cara,
Y le voy cogiendo flores;
Algunas, bastante raras.
Nos sentamos a mirar,
Un caminito de hormigas,
Pensando en el mediodía,
En que comeremos migas.
Cuando el Sol va gatinando;
Subiendo a lo alto del Cielo,
Es hora de dar la vuelta,
Y de coger nuevos vuelos.
Esperaré hasta la noche,
Cuando la tenga acostada,
Que seguro soñaré,
Con esa cara arrugada..
A. E. I.
Me pongo a escribir poesías,
Con recortes y pedazos;
O con retazos guardados,
En un cajón de mi zarzo.
Aunque no salgan palabras,
Pongo toda mi ilusión,
Para terminar mis letras,
Que salen del corazón.
Quiero cantar a la Luna;
El astro que me enamora.
Y rezar al Cielo azul;
Sin importar día ni hora.
Sueño de noche, en la cama;
Que vuelo hacia las estrellas.
Y me abrazo a la almohada,
Para encontrarme con ella.
Me despierto a media noche;
Ya tiritando de frío.
Tengo la ventana abierta;
Y está cayendo el rocío.
Me levanto, sin pensar,
Que está cayendo el relente.
Voy a su cama a mirar;
Porque la tengo presente.
Le tapo con una manta;
Hecha con restos de tela.
Para que no se refríe,
Mientras enciendo candela.
Aprovecho un tuero viejo;
De una encina que se fue.
-Con secas leñas de jaras-
El fuego prende muy bien.
Cuando tengo las tostadas;
Con el jamón y el aceite,
La llamo a desayunar,
Suave, para que despierte
Llega con su pantalón,
Color azul, de vaquero.
Y cazadora marrón,
Del mismo tono que el tuero.
Devora bien las tostadas;
Con jamón y pan serrano,
Y nos vamos de paseo,
Por la mañana temprano.
Voy mirando las arrugas,
Que van cubriendo su cara,
Y le voy cogiendo flores;
Algunas, bastante raras.
Nos sentamos a mirar,
Un caminito de hormigas,
Pensando en el mediodía,
En que comeremos migas.
Cuando el Sol va gatinando;
Subiendo a lo alto del Cielo,
Es hora de dar la vuelta,
Y de coger nuevos vuelos.
Esperaré hasta la noche,
Cuando la tenga acostada,
Que seguro soñaré,
Con esa cara arrugada..
A. E. I.