LOS COLLARES DE LA ABUELA
(De granos de oro fino)
Hoy recuerdo a mi abuelita
y esos collares de “granos”
que con salero los lucia
con sus andares serranos.
Yo siempre le preguntaba
aun sabiendo la respuesta,
¿Cuántos granos son abuela?
y ella ya estaba dispuesta.
A contarme con detalle
todos los que había comprado,
¡veinte para cada hija
más uno, que me ha sobrado!
Así lo tengo dispuesto,
el que sobra, lo han de sortear.
para que todas mis hijas
se queden bien “arreglás.”
Y este oro es del mejor
del más bueno y el más fino,
que solo aquí lo trabajan
los Oribes Salmantinos.
¡Que es de veintiún quilate!
no te vayas tú a pensar,
que este no es de diez y ocho
te lo puedo asegurar.
Pues me lo dijo el Oribe
y lo escribió en el papel,
en la factura que hizo
cuando yo se lo pagué.
Eso lo sabe tú madre
y tus seis tías también,
que costó muchas pesetas
cuando yo me lo compré.
Pa. Sa. Ma.
(De granos de oro fino)
Hoy recuerdo a mi abuelita
y esos collares de “granos”
que con salero los lucia
con sus andares serranos.
Yo siempre le preguntaba
aun sabiendo la respuesta,
¿Cuántos granos son abuela?
y ella ya estaba dispuesta.
A contarme con detalle
todos los que había comprado,
¡veinte para cada hija
más uno, que me ha sobrado!
Así lo tengo dispuesto,
el que sobra, lo han de sortear.
para que todas mis hijas
se queden bien “arreglás.”
Y este oro es del mejor
del más bueno y el más fino,
que solo aquí lo trabajan
los Oribes Salmantinos.
¡Que es de veintiún quilate!
no te vayas tú a pensar,
que este no es de diez y ocho
te lo puedo asegurar.
Pues me lo dijo el Oribe
y lo escribió en el papel,
en la factura que hizo
cuando yo se lo pagué.
Eso lo sabe tú madre
y tus seis tías también,
que costó muchas pesetas
cuando yo me lo compré.
Pa. Sa. Ma.