EL SUEÑO
De su libro "Poemas a Lázaro" (1960)
Por una espesa y honda
avenida de árboles que unen
en lo alto su copa y pesadumbre
el sueño avanza.
Abre sus grandes alas,
sus poderosos brazos
de lenta sombra y noche grande: cierra
contra todo horizonte.
En el centro del aire
cabecea un navío,
rodeado de enormes
territorios de sueño.
El sueño avanza: pone
su silenciosa planta
en el umbral de nuestra
transitoria vigilia.
Acaricia y golpea,
llama con voz suave
y entra como un río
de seguro poder.
El sueño halaga,
porfía y nos rodea,
hasta que al fin caemos
en su seno girando
como plumas, girando
interminablemente.
Ésta es la inerme paz, la sosegada
mentira de la sombra.
El sueño multiplica
su rostro en un espejo
sin fin: vértigo quieto, inmóvil
torbellino.
¡Gritad! Pero no; el grito
es también sueño. Ahora su dominio.
Potestad de la noche.
José Ángel Valente, poeta desmarcado, desde siempre de toda agrupación o generación poética, por sus claras diferencias formales, estilísticas y conceptuales, sobre todo en su evolución posterior, comparte con estos poetas del 60 algunos puntos en su obra inicial:
—Importancia e influencia en su poesía de Antonio Machado, César Vallejo, Pablo Neruda… Aunque como más adelante veremos el elenco de autores que dan sentido a la obra de Valente es amplísimo y se diferencia de otros poetas de su época por la importancia de la mística (española y hebrea) y de otros autores extranjeros como el griego Cavafis.
—Cambio en el lenguaje, que busca más la dimensión artística, el rigor poético, la sobriedad.
—Temas comunes a toda esta generación serán la difícil infancia marcada por la Guerra Civil y la posguerra, España (tema heredado del grupo anterior), el paso del tiempo y la metapoesía o reflexión sobre el decir poético.
—De una poesía basada en la colectividad se pasa a una mayor individualización, en ocasiones a la poetización de una circunstancia.
Nexo de unión con la generación del 27 y las últimas tendencias.
PRIMERA ÉPOCA: hechos personales como situaciones universales. La memoria rescata lo vivido y lo hace presente. Palabra como representación de ese tiempo. A modo de esperanza, Poemas a Lázaro, La memoria y los signos.
SEGUNDA ÉPOCA: metapoesía. Poesía del silencio (la palabra puede sugerir, no explicitar). Breve son, El inocente, Treinta y siete fragmentos, Interior con figuras. Prosa y poemas breves.
De su libro "Poemas a Lázaro" (1960)
Por una espesa y honda
avenida de árboles que unen
en lo alto su copa y pesadumbre
el sueño avanza.
Abre sus grandes alas,
sus poderosos brazos
de lenta sombra y noche grande: cierra
contra todo horizonte.
En el centro del aire
cabecea un navío,
rodeado de enormes
territorios de sueño.
El sueño avanza: pone
su silenciosa planta
en el umbral de nuestra
transitoria vigilia.
Acaricia y golpea,
llama con voz suave
y entra como un río
de seguro poder.
El sueño halaga,
porfía y nos rodea,
hasta que al fin caemos
en su seno girando
como plumas, girando
interminablemente.
Ésta es la inerme paz, la sosegada
mentira de la sombra.
El sueño multiplica
su rostro en un espejo
sin fin: vértigo quieto, inmóvil
torbellino.
¡Gritad! Pero no; el grito
es también sueño. Ahora su dominio.
Potestad de la noche.
José Ángel Valente, poeta desmarcado, desde siempre de toda agrupación o generación poética, por sus claras diferencias formales, estilísticas y conceptuales, sobre todo en su evolución posterior, comparte con estos poetas del 60 algunos puntos en su obra inicial:
—Importancia e influencia en su poesía de Antonio Machado, César Vallejo, Pablo Neruda… Aunque como más adelante veremos el elenco de autores que dan sentido a la obra de Valente es amplísimo y se diferencia de otros poetas de su época por la importancia de la mística (española y hebrea) y de otros autores extranjeros como el griego Cavafis.
—Cambio en el lenguaje, que busca más la dimensión artística, el rigor poético, la sobriedad.
—Temas comunes a toda esta generación serán la difícil infancia marcada por la Guerra Civil y la posguerra, España (tema heredado del grupo anterior), el paso del tiempo y la metapoesía o reflexión sobre el decir poético.
—De una poesía basada en la colectividad se pasa a una mayor individualización, en ocasiones a la poetización de una circunstancia.
Nexo de unión con la generación del 27 y las últimas tendencias.
PRIMERA ÉPOCA: hechos personales como situaciones universales. La memoria rescata lo vivido y lo hace presente. Palabra como representación de ese tiempo. A modo de esperanza, Poemas a Lázaro, La memoria y los signos.
SEGUNDA ÉPOCA: metapoesía. Poesía del silencio (la palabra puede sugerir, no explicitar). Breve son, El inocente, Treinta y siete fragmentos, Interior con figuras. Prosa y poemas breves.