PRÓXIMA SEMANA (MAYO 11-17, 2015): MARÍA VICTORIA ATENCIA:
LOS POETAS DE LOS CINCUENTA/SESENTA
CARACTERÍSTICAS:
* Han nacido entre 1925 y 1935, por lo que no han participado en la guerra civil.
* Poesía de experiencia personal
* Poetas del conocimiento y de la segunda generación de los cincuenta.
* Progresivo alejamiento de las formas denotativas.
* Recuperación de la palabra evocadora y expresiva: la infancia, el paisaje, el amor, el erotismo, la amistad, el marco cotidiano...
* Lenguaje cotidiano, pero preciso.
* Realismo y postura crítica.
* Parodia, sarcasmo, ironía.
* Son obras de calidad y autenticidad.
POETAS:
ÁNGEL GONZÁLEZ, JOSE ÁNGEL VALENTE, CLAUDIO RODRIGUEZ, CABALLERO BONALD, GIL DE BIEDMA, JOSÉ AUSTÍN GOYTISOLO, CARLOS BARRAL, FRANCISCO BRINES Y CARLOS SAHAGÚN, además de MARÍA VICTORIA ATENCIA, ÁNGEL CRESPO Y ANTONIO GAMONEDA.
Amigas: cro que merece la pena pararnos un poco y estudiar más a fondo las características de esta poeta, porque creo que se sale de lo que hasta ahora hemos visto. Esta señora, a mi entender, es un genio.
María Victoria Atencia García (n. Málaga, 28 de noviembre de 1931) es una poetisa española perteneciente a la generación del 50, más por edad que por su obra, la cual sufrió un parón de quince años, de 1961 a 1976, y dotada de gran personalidad.
Su obra es una comunión entre clasicismo y modernidad, siendo toda una maestra del verso alejandrino, y admiradora de Rilke, cuya lectura supuso un antes y un después en su escritura.
Vida
Desde niña mostró una fuerte inclinación por la poesía, la pintura y la música, disciplinas que cultivó a través de su educación en colegios de marcada tendencia religiosa. A los veinticuatro años contrajo matrimonio con Rafael León quien se convirtió en su guía y editor, dedicándose de lleno a la poesía. Es académica numeraria de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de Málaga; académica correspondiente de las Reales Academias de Cádiz, Córdoba, Sevilla y San Fernando; consejera del Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía, de la "Fundación de la Generación del 27" de Madrid, del "Centro Cultural Generación del 27" de Málaga, de la "Fundación María Zambrano" (Vélez-Málaga), y de "Honorary Associate of The Hispanic Society of America" de Nueva York.
Reconocimientos
Ha obtenido numerosas distinciones entre las que destacan el Premio Andalucía de la Crítica 1998, el Premio Nacional de la Crítica 1998 o «Premio Luis de Góngora de la Letras Andaluzas».
En 2010 es galardonada con el VII Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, entonces el de mayor dotación económica de los premios de poesía de habla hispana, con 50.000 euros. Al dar a conocer el fallo del jurado, el entonces alcalde de Granada, José Torres Hurtado destacó la trayectoria "impecable" y tremendamente "personal" de esta autora de alto prestigio dentro y fuera de las fronteras españolas. Se trata de la segunda mujer que se alza con este premio después de que la peruana Blanca Varela resultara galardonada en 2006.
En 2012, fue postulante al sillón "n" de la Real Academia Española, vacante tras la muerte de Valentín García Yebra, junto con Carme Riera, siendo esta última la elegida para ocuparlo. Atencia fue propuesta por Soledad Puértolas, Inés Fernández Ordóñez y Luis María Ansón.
En 2014, se alzó con el XXIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, siendo la cuarta mujer en conseguirlo y la primera española.
Es Hija Predilecta de Andalucía y doctora Honoris Causa por la Universidad de Málaga, además de Autora del Año 2014 en Andalucía, nombramiento que se lleva a cabo a través del Centro Andaluz de las Letras. Además, una avenida de su ciudad natal lleva su nombre.
Obra publicada
• Arte y parte, (1961)
• Cañada de los ingleses, (1961)
• Marta & María, (1976)
• Los sueños, (1976)
• El mundo de M. V., (1978)
• El coleccionista, (1979)
• Ex libris, (1984)
• Compás binario, (1984)
• Paulina o el libro de las aguas, (1984)
• Trances de Nuestra Señora, (1986)
• De la llama en que arde, (1988)
• La pared contigua, (1989)
• La señal, (1990)
• La intrusa, (1992)
• El puente, (1992)
• Las contemplaciones, (1997), Premio Andalucía de la Crítica y Premio Nacional de la Crítica 1998.
• Las niñas, (2000)
• El hueco, (2003)
• De pérdidas y adioses (2005)
• El umbral (2011), Premio Real Academia Española 2012.
ESTILO DE MARIA VICTORIA ATENCIA:
María Victoria Atencia tiene un don raro: una suerte de inocencia trágica que el lector advierte tras la apariencia hierática, casi parnasiana, de sus versos. Parece su poesía de una unitaria temperatura emocional; parece también que el verso rehúsa a la contundencia por un delicado sentido de la mesura («verso noble y tan sencillo», según la paradoja que le dedicó Jorge Guillén). Por sus poemas —de corte casi epigráfico, como pensados para ser esculpidos en algún sitio, a la manera de aquellos autores que hoy conforman el índice de la Antología palatina— discurre con fluidez una naturaleza trágica, contradictoria y turbada.
María Victoria Atencia es de la estirpe de Bécquer y Rosalía de Castro; con ellos confluye en un mundo frágil y elegíaco; con ellos participa del gusto por el matiz emocional, del voluntarioso equilibrio como vía de distanciamiento; como ellos, practica un estoicismo aturdido, nunca indolente.
De los autores del cordobés grupo «Cántico» —y en especial de García Baena— recoge la inquietud espiritual como antídoto del horror vacui, pero aquí el verso se hace solemne desde su propia serenidad —de tono y de estilo—y nada hay por fuera que delate la turbación de la cual desciende: en su concepción de la poesía no hay lugar para el énfasis.
Como su muy leído y glosado San Juan de la Cruz, asistimos a una poesía que lamenta las ausencias y que agradece, los reencuentros, una poesía de la honda nostalgia y de la exaltación conmovida, dentro de un equilibrio emocional que desconoce —felizmente— la altisonancia.
Una de sus entregas la tituló Debida proporción, y su poesía es eso: una justa proporción de aristas, un caleidoscopio donde el sueño de lo real se ha detenido y se ha contemplado a sí mismo. Un sueño que acaba encontrando en el poema la niebla propicia para manifestarse.
Estamos ante una poesía de la reflexión que fabula, que trasciende —con alas agradecidas— el punto de partida de la reflexión sin diluirlo: en su poesía está lo real y está el sueño de lo real. No en vano una entrega suya se titula Los sueños y no en vano se abre con unas palabras de Ungaretti: «Sono un grumo di sogni».
LOS POETAS DE LOS CINCUENTA/SESENTA
CARACTERÍSTICAS:
* Han nacido entre 1925 y 1935, por lo que no han participado en la guerra civil.
* Poesía de experiencia personal
* Poetas del conocimiento y de la segunda generación de los cincuenta.
* Progresivo alejamiento de las formas denotativas.
* Recuperación de la palabra evocadora y expresiva: la infancia, el paisaje, el amor, el erotismo, la amistad, el marco cotidiano...
* Lenguaje cotidiano, pero preciso.
* Realismo y postura crítica.
* Parodia, sarcasmo, ironía.
* Son obras de calidad y autenticidad.
POETAS:
ÁNGEL GONZÁLEZ, JOSE ÁNGEL VALENTE, CLAUDIO RODRIGUEZ, CABALLERO BONALD, GIL DE BIEDMA, JOSÉ AUSTÍN GOYTISOLO, CARLOS BARRAL, FRANCISCO BRINES Y CARLOS SAHAGÚN, además de MARÍA VICTORIA ATENCIA, ÁNGEL CRESPO Y ANTONIO GAMONEDA.
Amigas: cro que merece la pena pararnos un poco y estudiar más a fondo las características de esta poeta, porque creo que se sale de lo que hasta ahora hemos visto. Esta señora, a mi entender, es un genio.
María Victoria Atencia García (n. Málaga, 28 de noviembre de 1931) es una poetisa española perteneciente a la generación del 50, más por edad que por su obra, la cual sufrió un parón de quince años, de 1961 a 1976, y dotada de gran personalidad.
Su obra es una comunión entre clasicismo y modernidad, siendo toda una maestra del verso alejandrino, y admiradora de Rilke, cuya lectura supuso un antes y un después en su escritura.
Vida
Desde niña mostró una fuerte inclinación por la poesía, la pintura y la música, disciplinas que cultivó a través de su educación en colegios de marcada tendencia religiosa. A los veinticuatro años contrajo matrimonio con Rafael León quien se convirtió en su guía y editor, dedicándose de lleno a la poesía. Es académica numeraria de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de Málaga; académica correspondiente de las Reales Academias de Cádiz, Córdoba, Sevilla y San Fernando; consejera del Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía, de la "Fundación de la Generación del 27" de Madrid, del "Centro Cultural Generación del 27" de Málaga, de la "Fundación María Zambrano" (Vélez-Málaga), y de "Honorary Associate of The Hispanic Society of America" de Nueva York.
Reconocimientos
Ha obtenido numerosas distinciones entre las que destacan el Premio Andalucía de la Crítica 1998, el Premio Nacional de la Crítica 1998 o «Premio Luis de Góngora de la Letras Andaluzas».
En 2010 es galardonada con el VII Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, entonces el de mayor dotación económica de los premios de poesía de habla hispana, con 50.000 euros. Al dar a conocer el fallo del jurado, el entonces alcalde de Granada, José Torres Hurtado destacó la trayectoria "impecable" y tremendamente "personal" de esta autora de alto prestigio dentro y fuera de las fronteras españolas. Se trata de la segunda mujer que se alza con este premio después de que la peruana Blanca Varela resultara galardonada en 2006.
En 2012, fue postulante al sillón "n" de la Real Academia Española, vacante tras la muerte de Valentín García Yebra, junto con Carme Riera, siendo esta última la elegida para ocuparlo. Atencia fue propuesta por Soledad Puértolas, Inés Fernández Ordóñez y Luis María Ansón.
En 2014, se alzó con el XXIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, siendo la cuarta mujer en conseguirlo y la primera española.
Es Hija Predilecta de Andalucía y doctora Honoris Causa por la Universidad de Málaga, además de Autora del Año 2014 en Andalucía, nombramiento que se lleva a cabo a través del Centro Andaluz de las Letras. Además, una avenida de su ciudad natal lleva su nombre.
Obra publicada
• Arte y parte, (1961)
• Cañada de los ingleses, (1961)
• Marta & María, (1976)
• Los sueños, (1976)
• El mundo de M. V., (1978)
• El coleccionista, (1979)
• Ex libris, (1984)
• Compás binario, (1984)
• Paulina o el libro de las aguas, (1984)
• Trances de Nuestra Señora, (1986)
• De la llama en que arde, (1988)
• La pared contigua, (1989)
• La señal, (1990)
• La intrusa, (1992)
• El puente, (1992)
• Las contemplaciones, (1997), Premio Andalucía de la Crítica y Premio Nacional de la Crítica 1998.
• Las niñas, (2000)
• El hueco, (2003)
• De pérdidas y adioses (2005)
• El umbral (2011), Premio Real Academia Española 2012.
ESTILO DE MARIA VICTORIA ATENCIA:
María Victoria Atencia tiene un don raro: una suerte de inocencia trágica que el lector advierte tras la apariencia hierática, casi parnasiana, de sus versos. Parece su poesía de una unitaria temperatura emocional; parece también que el verso rehúsa a la contundencia por un delicado sentido de la mesura («verso noble y tan sencillo», según la paradoja que le dedicó Jorge Guillén). Por sus poemas —de corte casi epigráfico, como pensados para ser esculpidos en algún sitio, a la manera de aquellos autores que hoy conforman el índice de la Antología palatina— discurre con fluidez una naturaleza trágica, contradictoria y turbada.
María Victoria Atencia es de la estirpe de Bécquer y Rosalía de Castro; con ellos confluye en un mundo frágil y elegíaco; con ellos participa del gusto por el matiz emocional, del voluntarioso equilibrio como vía de distanciamiento; como ellos, practica un estoicismo aturdido, nunca indolente.
De los autores del cordobés grupo «Cántico» —y en especial de García Baena— recoge la inquietud espiritual como antídoto del horror vacui, pero aquí el verso se hace solemne desde su propia serenidad —de tono y de estilo—y nada hay por fuera que delate la turbación de la cual desciende: en su concepción de la poesía no hay lugar para el énfasis.
Como su muy leído y glosado San Juan de la Cruz, asistimos a una poesía que lamenta las ausencias y que agradece, los reencuentros, una poesía de la honda nostalgia y de la exaltación conmovida, dentro de un equilibrio emocional que desconoce —felizmente— la altisonancia.
Una de sus entregas la tituló Debida proporción, y su poesía es eso: una justa proporción de aristas, un caleidoscopio donde el sueño de lo real se ha detenido y se ha contemplado a sí mismo. Un sueño que acaba encontrando en el poema la niebla propicia para manifestarse.
Estamos ante una poesía de la reflexión que fabula, que trasciende —con alas agradecidas— el punto de partida de la reflexión sin diluirlo: en su poesía está lo real y está el sueño de lo real. No en vano una entrega suya se titula Los sueños y no en vano se abre con unas palabras de Ungaretti: «Sono un grumo di sogni».