UNA NOCHE MÁGICA....
Esa noche tuve un sueño, que me saco la sonrisa
porque soñando me hallaba subido en una cornisa,
transformado en un gatito color miel, cola exquisita,
ronroneandole a la luna una canción muy bonita.
Era una ciudad de cuento, con castillos y mezquitas
la noche confabulaba, siendo mágica y sumisa,
y la luna semejaba una gran bola rolliza,
de hilos blancos y dorados que alborotaba mi chispa.
Trate de alcanzarla a brincos y ella mas alta subía,
se elevaba a las estrellas, que negra me lo ponía!
le cante una serenata que arrullo su corazón
y dejo que la tocara... con su luz, me acaricio.
A esa hora urdió la magia entre la luna y el amor,
y se nos paso la noche arrullándonos los dos
ella con hilos dorados, yo... cánticos de pasión
y bailamos una danza que al final me adormeció.
Amaneció y ya no estabas, me asomaba y al balcón
y mirando el infinito pero solo estaba el sol.
Me esperare hasta la noche y bajaran las estrellas
y encadenadas con ellas vendrás tu... mi luna llena.
Y así pasare la vida entre tejados mojados
bañado por esa magia que nació una madrugada
cuando al contemplar la luna, con su luz me enamoró
y yo cantare por siempre dulces tonadas de amor.
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Autora Iris Ponce.
Esa noche tuve un sueño, que me saco la sonrisa
porque soñando me hallaba subido en una cornisa,
transformado en un gatito color miel, cola exquisita,
ronroneandole a la luna una canción muy bonita.
Era una ciudad de cuento, con castillos y mezquitas
la noche confabulaba, siendo mágica y sumisa,
y la luna semejaba una gran bola rolliza,
de hilos blancos y dorados que alborotaba mi chispa.
Trate de alcanzarla a brincos y ella mas alta subía,
se elevaba a las estrellas, que negra me lo ponía!
le cante una serenata que arrullo su corazón
y dejo que la tocara... con su luz, me acaricio.
A esa hora urdió la magia entre la luna y el amor,
y se nos paso la noche arrullándonos los dos
ella con hilos dorados, yo... cánticos de pasión
y bailamos una danza que al final me adormeció.
Amaneció y ya no estabas, me asomaba y al balcón
y mirando el infinito pero solo estaba el sol.
Me esperare hasta la noche y bajaran las estrellas
y encadenadas con ellas vendrás tu... mi luna llena.
Y así pasare la vida entre tejados mojados
bañado por esa magia que nació una madrugada
cuando al contemplar la luna, con su luz me enamoró
y yo cantare por siempre dulces tonadas de amor.
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Autora Iris Ponce.