A una mona
muy taimada
dijo un día
cierta urraca:
«Si vinieras, (5)
a mi casa
¡cuántas cosas
te enseñara!
Tú bien sabes
con qué maña (10)
robo y guardo
mil alhajas.
Ven; si quieres,
y veraslas
escondidas (15)
tras de un arca.»
La otra dijo:
«Vaya en gracia.»
Y al paraje
le acompaña. (20)
Fue sacando
doña Urraca
una liga
colorada,
un tontillo (25)
de casaca,
una hebilla,
dos medallas,
la contera
de una espada, (30)
medio
muy taimada
dijo un día
cierta urraca:
«Si vinieras, (5)
a mi casa
¡cuántas cosas
te enseñara!
Tú bien sabes
con qué maña (10)
robo y guardo
mil alhajas.
Ven; si quieres,
y veraslas
escondidas (15)
tras de un arca.»
La otra dijo:
«Vaya en gracia.»
Y al paraje
le acompaña. (20)
Fue sacando
doña Urraca
una liga
colorada,
un tontillo (25)
de casaca,
una hebilla,
dos medallas,
la contera
de una espada, (30)
medio