EL CRISTO DEL OLVIDO
¡Oh Cristo Jesús recordado! Tantas veces humillado y herido,
cual lirio al viento deshojado, paciente en el dolor del martirio
¡Jamás de nosotros te has olvidado!
Cristo Jesús hecho hombre, ¡Vuelve a la tierra que dejaste!
que solo tenemos tu nombre y una cruz para recordarte.
De poco nos sirven los altares y los hombres que en ellos predican,
si por estas tierras estos lares, día a día se crucifican
tantos cristos en pilares ensangrentados y heridos
como el cristo de los olivares que tantas veces queda en el olvido.
Esta tierra que aun se estremece cuando la semana de Tu pasión llega,
bajo el peso de la cruz amanecen esperanzas que luego se oscurecen
con la misma prontitud que llegan.
Más aun hay hombres que claman con el corazón abierto y sangrante,
¡Por un Cristo caminante! no al que en los altares se llama
si no al que sus pasos desgrana, entre la multitud anhelante.
Poetisa: Luz Parras, para todos los amantes de la poesía.
¡Oh Cristo Jesús recordado! Tantas veces humillado y herido,
cual lirio al viento deshojado, paciente en el dolor del martirio
¡Jamás de nosotros te has olvidado!
Cristo Jesús hecho hombre, ¡Vuelve a la tierra que dejaste!
que solo tenemos tu nombre y una cruz para recordarte.
De poco nos sirven los altares y los hombres que en ellos predican,
si por estas tierras estos lares, día a día se crucifican
tantos cristos en pilares ensangrentados y heridos
como el cristo de los olivares que tantas veces queda en el olvido.
Esta tierra que aun se estremece cuando la semana de Tu pasión llega,
bajo el peso de la cruz amanecen esperanzas que luego se oscurecen
con la misma prontitud que llegan.
Más aun hay hombres que claman con el corazón abierto y sangrante,
¡Por un Cristo caminante! no al que en los altares se llama
si no al que sus pasos desgrana, entre la multitud anhelante.
Poetisa: Luz Parras, para todos los amantes de la poesía.