Con un recuerdo a las madres en este dia
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Bello es el amanecer
Bello es el amanecer
y bello el atardecer,
pero más bello que nada
es tener madre y poder
decirle que es adorada,
….
Lejos estoy madre mía,
del regazo que en un día
fue consuelo de tu llanto,
y al notar la lejanía
de ese maternal encanto.
¡Oh mi madre bien querida!
Que lejos estoy en la vida
de tu regazo el cariño
que me dabas cuando niño
y tus finas caricias
más suaves que el fino armiño.
¡Aún añoro tus delicias!
Cuantas añoranzas bellas
me proporciona el recuerdo
del fulgor que tu destellas
cuando miro a las estrellas
y de tu mirar me acuerdo.
Aun perdura en mi memoria
todo el encanto de gloria
y al soñar con esa gloria
llora lo que ya se fue.
¡Recuerdas madre querida!
Cuantas veces dolorida
me calmabas el dolor
de alguna pequeña herida
sólo con tu santo amor.
¡Era bálsamo divino!
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Este poema lo escribi para mi querida madre, pero por conducto de ella quiero que sea también para la vuestra.
Y que sólo ahora adivino
al faltarme tu presencia
el encono puro y fino
de tu maternal esencia.
Ayer me forjé ilusiones,
en mis oídos canciones
siempre halagüeñas sonaban.
Hoy en mis aflicciones
me doy cuenta que soñaban
mis primeras impresiones.
¡Pues no encuentro amor!
y desdenes me dan
por amor que doy,
y todo lo que veo hoy
sólo son ciegas pasiones.
Tan solamente hay una cosa
que eternamente rebosa
calor, amor y cariño.
¡Es la madre!
Cosa hermosa que adoramos desde niño.
Rosa fragante y fértil
que nos regala el aroma
de sus pétalos en flor
y en recompensa a su amor
las ponemos por corona
las espinas del dolor.
……
Bello es el amanecer
y bello el atardecer,
pero más bello que nada
es tener madre y poder
decirle: ¡Madre eres adorada!
EN EL DÍA. DE LA MADRE
Manuel González Alvarez
yo sigo
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Bello es el amanecer
Bello es el amanecer
y bello el atardecer,
pero más bello que nada
es tener madre y poder
decirle que es adorada,
….
Lejos estoy madre mía,
del regazo que en un día
fue consuelo de tu llanto,
y al notar la lejanía
de ese maternal encanto.
¡Oh mi madre bien querida!
Que lejos estoy en la vida
de tu regazo el cariño
que me dabas cuando niño
y tus finas caricias
más suaves que el fino armiño.
¡Aún añoro tus delicias!
Cuantas añoranzas bellas
me proporciona el recuerdo
del fulgor que tu destellas
cuando miro a las estrellas
y de tu mirar me acuerdo.
Aun perdura en mi memoria
todo el encanto de gloria
y al soñar con esa gloria
llora lo que ya se fue.
¡Recuerdas madre querida!
Cuantas veces dolorida
me calmabas el dolor
de alguna pequeña herida
sólo con tu santo amor.
¡Era bálsamo divino!
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Este poema lo escribi para mi querida madre, pero por conducto de ella quiero que sea también para la vuestra.
Y que sólo ahora adivino
al faltarme tu presencia
el encono puro y fino
de tu maternal esencia.
Ayer me forjé ilusiones,
en mis oídos canciones
siempre halagüeñas sonaban.
Hoy en mis aflicciones
me doy cuenta que soñaban
mis primeras impresiones.
¡Pues no encuentro amor!
y desdenes me dan
por amor que doy,
y todo lo que veo hoy
sólo son ciegas pasiones.
Tan solamente hay una cosa
que eternamente rebosa
calor, amor y cariño.
¡Es la madre!
Cosa hermosa que adoramos desde niño.
Rosa fragante y fértil
que nos regala el aroma
de sus pétalos en flor
y en recompensa a su amor
las ponemos por corona
las espinas del dolor.
……
Bello es el amanecer
y bello el atardecer,
pero más bello que nada
es tener madre y poder
decirle: ¡Madre eres adorada!
EN EL DÍA. DE LA MADRE
Manuel González Alvarez
yo sigo
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