ERA UN POETA GALLEGO
Hablando de mar y cielo
sobre su tierra gallega,
le noté buscar consuelo
entre su sufrida entrega,
Me habló con cierta morriña
de sus campos y sus riegos,
de sentir amor sin riña
entre caminos sin ruegos.
Sus versos eran lecciones
de soñar un mundo nuevo,
Rosalía y sus razones
eran vivir otro tiempo.
Sus metáforas gallegas
cerraban embarcaderos,
las lluvias cuando se pliegan
dejan rastros torticeros.
Sus palabras eran frutos
de conocer otros tiempos,
que quizá dieron disgustos
incluso dentro de templos.
Sus poemas fui escuchando
entre visiones del cielo,
las nubes fueron llegando
y se mojó pronto el suelo.
Versos que van caminando
entre suspiros eternos,
los ecos se van quedando
sobre brisas del invierno.
Recita versos tranquilos,
que GALICIA tiene enredo,
no quieras sacar los filos
de algún tan sufrido credo.
La noche se iba acercando,
los versos no se murieron,
sus ecos fueron volando
y al verse libres crecieron.
Hay versos que van clamando
sus destinos verdaderos,
con gallegos que llorando
buscan signos extranjeros.
G X Cantalapiedra.
Hablando de mar y cielo
sobre su tierra gallega,
le noté buscar consuelo
entre su sufrida entrega,
Me habló con cierta morriña
de sus campos y sus riegos,
de sentir amor sin riña
entre caminos sin ruegos.
Sus versos eran lecciones
de soñar un mundo nuevo,
Rosalía y sus razones
eran vivir otro tiempo.
Sus metáforas gallegas
cerraban embarcaderos,
las lluvias cuando se pliegan
dejan rastros torticeros.
Sus palabras eran frutos
de conocer otros tiempos,
que quizá dieron disgustos
incluso dentro de templos.
Sus poemas fui escuchando
entre visiones del cielo,
las nubes fueron llegando
y se mojó pronto el suelo.
Versos que van caminando
entre suspiros eternos,
los ecos se van quedando
sobre brisas del invierno.
Recita versos tranquilos,
que GALICIA tiene enredo,
no quieras sacar los filos
de algún tan sufrido credo.
La noche se iba acercando,
los versos no se murieron,
sus ecos fueron volando
y al verse libres crecieron.
Hay versos que van clamando
sus destinos verdaderos,
con gallegos que llorando
buscan signos extranjeros.
G X Cantalapiedra.