Mi estimada Nerea, yo no soy de ninguna religión o secta, sino de un movimiento mesiánico que tiene a los antiguos Ángeles, hoy Extraterrestres, por Maestros, Guías, Hermanos Mayores y Amigos. Ellos, estos Sabios Siderales, han venido de nuevo al planeta Tierra, en un momento en que éste se ve abocado a un final sin retorno, por culpa de esta Generación malvada y degenerada, que es capaz, con su alevosía, de acabar con este mundo que sustenta su desdichada vida. Ellos vienen a ayudar, a aconsejar, a consolar, a hacer todo lo posible para que esa conducta maléfica cambie, y en caso contrario, salvar a lo poco salvable. Se están manifestando de una manera gradual para que el mundo se conciencie de su existencia y no sufra nadie trauma alguno cuando tenga lugar su manifestación masiva, que ya está en el alba de este tiempo. Eso es todo lo que en este momento te puedo aclarar.
Oye, y tus angeles salvadores-siderales son economistas?, porque estaría bien que pusieran algo de su parte y nos sacaran de la crisis, ¿no te parece?
María Eloísa, los problemas terrestres entran en la juridisción de los deberes humanos. Los Mentores Siderales no pueden intervenir en según qué cosas y esa de la crisis es una de ellas. Es el hombre el que la ha creado y es el hombre el que la tiene que quitar. ¿Quiénes son los culpables?
Pues eso si que no, lo primero es lo primero y la pela es la pela, aquí a arreglar las cosas mundanas primero, que luego ya pensaremos en lo extracorpóreo, digo yo.
También está escrito: "Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios". ¿Y? Uno se alimenta de lo que necesita, y lo que necesita no es lo mismo para cada ser humano, por lo tanto la doctrina de no sólo de pan vive el hombre es para ciertos hombres (en sentido general, lo de hombre digo, que hay mucha feminista suelta), no para todos.
Cuando damos al César, se entiende que se devuelve al Poder aquello que del Poder procede, porque sus leyes así lo han establecido. Cuando recordamos que el pan, que sólo es lo material, puede ser sustituido por aquello que enriquece el Alma, somos capaces de separar lo que necesita el estómago de lo que necesita nuestro Espíritu. Y a la Tierra no es un sitio para comer, sino para elevar una plegaria constante a nuestro Profundo Dios. Así seremos salvos.
La tierra es un sitio para todo, si sólamente alimentara el espíritu hace mucho tiempo que estaría rasa, rasa de personas se entiende.
Si todas las personas que pueblan este mundo cultivaran el Espíritu, la Tierra sería un Edén, una fuente inacabable de felicidad. Lamentablemente, y viendo las tendencias, vamos inexorablemente camino del abismo. El egoísmo que alimenta la apetencia por lo material es el principal culpable.
Por éso el libro de los gustos, se quedó en blanco.
Según el decir terreno, sobre gustos no hay nada escrito. Pero, el hombre y la mujer de este planeta son conscientes (muchos durmientes no) de que hay unos preceptos divinos que sí están escritos y están recogidos en un libro que no está en blanco precisamente. A veces, debemos ser coherentes y ver qué es lo que corresponde al cuerpo, que es lo que no somos y qué es lo que pertenece al Espíritu, que es lo que sí somos. A cada cuál, su elección.