NO HUBO REMEDIO.
En este grabado perteneciente a los Caprichos, Goya critica con tristeza la
corrupción del Tribunal del Santo Oficio. Era fea y pobre....., no hubo remedio. Con esto nos da a entender que con dinero o belleza física (y los consiguientes favores carnales a un alto cargo del tribunal) era más fácil no ser condenada.
En la imagen se ve a una pobre
mujer seguramente denunciada por bruja (en muchas ocasiones la gente denunciaba a una persona con pruebas falsas solo por venganza o envidia) sobre un asno con el típico capirote de los ajusticiados, abucheada por el populacho y sentenciada en un Auto de Fe (ceremonia pública donde se condenaba a los acusados).
En la Plaza Mayor de
Madrid se realizaron Autos de Fe.