ERA UN CAMINO DE BRUJAS
Era un camino de brujas en aquella noche negra, era un caminar a oscuras todo lleno de tinieblas. Los caminos de Galicia tienen sus noches de fieras, y recorrí con primicia la terrible carretera. Aquella noche sentí reflejos de Luna llena, las nubes fueron marcando los miedos en carretera, era por Vilamayor, sitio de costas austeras, siendo camino de Brujas que aquí siempre llaman meigas. Ecos de voces profanas, silencios de Luna llena, pensé siempre en el mañana, con una conciencia plena. Los ecos de algunas rías me dejaron penitencia, y sin ser la noche fría, temblé con las advertencias. No quise bajar del coche, siendo la noche tan negra, unas nubes tormentosas recorrieron las laderas, Las Brujas las fui notando en las grandes arboledas, quizá me fueron mirando, sin entender de quimeras. Hay caminos en la vida que a veces te desesperan, y mucha bruja perdida que los sueños les alteran. Aquella noche sentí el miedo a pasar fronteras, en esas horas viví temblores de ver las fieras. En carretera perdida con curvas entre arboledas, los ecos de alguna herida les quisieras poner vendas. Hablan de las brujas malas, y puede a ver brujas buenas, pero si las lluvias calan de poco valen las velas. Los caminos de Galicia están cargados de sendas, que de día son delicia, y por las noches dan pena. Fui testigo de las noches ocultas de Luna llena, donde todos los caminos marcan de nuevo fronteras. Estas brujas de verano saben de curar condenas, como cualquier ser humano a veces sufren sus penas. No vale querer marcarlas, de nada sirven quimeras, a veces hay que escucharlas en las dulces primaveras. Cuando las tardes terminan en sombras que causan pena, muchas dudas se eliminan con una conciencia plena. Son los signos de la vida donde crecen las tormentas, y alguna lluvia elegida rompe las noches inciertas. Quiero seguir los caminos donde las sombras te ciegan, y conocer los destinos que te marcan las tinieblas. En esa noche de agosto pise aquella carretera, que no tiene ningún tramo que pueda llamarse buena. Voy recordando sus sombras, quisiera borrar sus huellas, muchas curvas que te asombran terminan en sendas bellas.
G X Cantalapiedra…
Era un camino de brujas en aquella noche negra, era un caminar a oscuras todo lleno de tinieblas. Los caminos de Galicia tienen sus noches de fieras, y recorrí con primicia la terrible carretera. Aquella noche sentí reflejos de Luna llena, las nubes fueron marcando los miedos en carretera, era por Vilamayor, sitio de costas austeras, siendo camino de Brujas que aquí siempre llaman meigas. Ecos de voces profanas, silencios de Luna llena, pensé siempre en el mañana, con una conciencia plena. Los ecos de algunas rías me dejaron penitencia, y sin ser la noche fría, temblé con las advertencias. No quise bajar del coche, siendo la noche tan negra, unas nubes tormentosas recorrieron las laderas, Las Brujas las fui notando en las grandes arboledas, quizá me fueron mirando, sin entender de quimeras. Hay caminos en la vida que a veces te desesperan, y mucha bruja perdida que los sueños les alteran. Aquella noche sentí el miedo a pasar fronteras, en esas horas viví temblores de ver las fieras. En carretera perdida con curvas entre arboledas, los ecos de alguna herida les quisieras poner vendas. Hablan de las brujas malas, y puede a ver brujas buenas, pero si las lluvias calan de poco valen las velas. Los caminos de Galicia están cargados de sendas, que de día son delicia, y por las noches dan pena. Fui testigo de las noches ocultas de Luna llena, donde todos los caminos marcan de nuevo fronteras. Estas brujas de verano saben de curar condenas, como cualquier ser humano a veces sufren sus penas. No vale querer marcarlas, de nada sirven quimeras, a veces hay que escucharlas en las dulces primaveras. Cuando las tardes terminan en sombras que causan pena, muchas dudas se eliminan con una conciencia plena. Son los signos de la vida donde crecen las tormentas, y alguna lluvia elegida rompe las noches inciertas. Quiero seguir los caminos donde las sombras te ciegan, y conocer los destinos que te marcan las tinieblas. En esa noche de agosto pise aquella carretera, que no tiene ningún tramo que pueda llamarse buena. Voy recordando sus sombras, quisiera borrar sus huellas, muchas curvas que te asombran terminan en sendas bellas.
G X Cantalapiedra…