Cuanto miedo tenemos al calor parece que nunca han sufrido como ahora con el calor
a muchos quisiera yo verlos tirando betún y alquitrán en una carretera entonces se
darían cuenta de lo que es calor o bajando sacos de cemento de 50 kl. ardiendo de un camión
o poniendo bordillos en las aceras de 45 kl. y las manos sangrando si no tenias guantes.
A que tanto miedo, dentro de cuatro dias diremos lo contrario que frio esto es insoportable 10º bajo cero
llegar al tajo por la mañana y estar todo el agua de los bidones congelada y todas las mangueras.
En fin la historia se repetirá año tras año como siempre.
a muchos quisiera yo verlos tirando betún y alquitrán en una carretera entonces se
darían cuenta de lo que es calor o bajando sacos de cemento de 50 kl. ardiendo de un camión
o poniendo bordillos en las aceras de 45 kl. y las manos sangrando si no tenias guantes.
A que tanto miedo, dentro de cuatro dias diremos lo contrario que frio esto es insoportable 10º bajo cero
llegar al tajo por la mañana y estar todo el agua de los bidones congelada y todas las mangueras.
En fin la historia se repetirá año tras año como siempre.
... Ahora ya los sacos de cemento son de 35 kilos y se descargan a pales con la pluma del camión, pero quemaban, quemaban las manos y quemaban el hombro, lo de romper el hielo de los bidones con la maceta todas las mañanas es un clásico y lo ir moviendo la manguera para ponerla al sol en lo que avanzaba la mañana tambien, luego cuando en la pasta se encontraban los oficiales un trozo de hielo te lo arrojaban desde el andamio y te decían jocosamente que cribases el agua.
Aparcar el dumper cuesta abajo al salir del tajo para arrancarlo al empujón todas las mañanas era mas importante que lavar la paleta y quemar sacos de cemento vacíos debajo del motor de la hormigonera de manivela, resultaba peligroso, pero era la única forma de calentar el motor para que arrancase.
Aparcar el dumper cuesta abajo al salir del tajo para arrancarlo al empujón todas las mañanas era mas importante que lavar la paleta y quemar sacos de cemento vacíos debajo del motor de la hormigonera de manivela, resultaba peligroso, pero era la única forma de calentar el motor para que arrancase.