Es más fácil enumerar los delitos de los que no se va a acusar a Iñaki Urdangarin que los que se le imputan. El juez llevará al banquillo al yerno del Rey por malversación, prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración. Solamente se salva del delito fiscal, y eso que existe un cobro no declarado de 375.000 euros a través de una cuenta en Suiza.
El caso es que la lista de supuestas fechorías ha recaído sobre la espalda de Urdangarin como un efecto boomerang después de que el duque de Palma rebotara todas ellas hacia su socio en el Instituto Nóos, Diego Torres. Lo que tampoco ha colado es la coartada del duque de Palma sobre su desvinculación de los negocios sospechosos a raíz de que la Casa del Rey se lo ordenara en primavera de 2006. Según ha informado Andreu Manresa en El País, el juez sostiene que "hay múltiples pruebas documentales y testimonios que acreditan todo lo contrario".
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Enumerando los delitos, nos encontramos con:
Fraude a la Administración. Urdangarin negoció con dirigentes políticos del PP que gobernaban en Baleares y la Comunidad Valenciana convenios de colaboración sin respetar la normativa sobre contratación. Uno de sus contactos, Jaume Matas, acaba de ser condenado a seis años de cárcel.
Falsedad documental. Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres desviaron gran parte del dinero recibido con facturas que, según fuentes judiciales, no se correspondían con el servicio realizado.
Prevaricación. El duque de Palma, a través del Instituto Nóos -la entidad sin ánimo de lucro con la que conseguía el dinero público para eventos que presidía-, logró sin concurso previo diversos encargos de las Administraciones públicas por un importe cercano a los seis millones de euros en apenas 20 meses.
Malversación de caudales públicos. Esa cifra fue recaudada por una fundación sin ánimo de lucro.
Lo peor para el yerno del Rey aún estaría por llegar, ya que la instrucción del caso no se cerrará hasta dentro de unos meses. Tiempo suficiente para que la investigación destape nuevos delitos.
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Prevaricación. El duque de Palma, a través del Instituto Nóos -la entidad sin ánimo de lucro con la que conseguía el dinero público para eventos que presidía-, logró sin concurso previo diversos encargos de las Administraciones públicas por un importe cercano a los seis millones de euros en apenas 20 meses.
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