Prólogo
La memoria suele ser frágil y el ser humano, en muchas ocasiones olvida fácilmente su historia, y en nuestro país nos suele ocurrir, que olvidamos a aquellos personajes, que han marcado momentos históricos e importantes en la historia y en nuestra posición a nivel mundial, indistintamente de que sus actuaciones hayan sido humanamente correctas o no, aunque siempre se recuerdan aquellas, que se han posicionado en los extremos, a favor o en contra de los valores humanos.
Solo pretendo recordar a algunos de estos personajes, pues no trato de escribir una enciclopedia. Dentro de estos personajes hay destacados por heroísmo y otros, militares, científicos y espías; nos pueden parecer que el espionaje es algo nuevo de la época de James Bond, pese a que es tan antiguo como la propia humanidad, pues se conocen hechos ocurridos en civilizaciones tan antiguas como: Persia, Grecia, Roma, Egipto, etc...
En esta obra de ficción histórica, quiero resaltar a personajes de entre los siglos XVIII y XIX, durante varios reinados absolutista y otros intentos de Republica Constitucionalista, que fueron conocidos militares, políticos, espías y científicos, dedicados entre otras cosas a la medición del meridiano terrestre, pero menos conocidos como espías, de los que algunas de sus gestas fueron ocultadas y olvidadas por intereses políticos.
Por tanto, este libro pretende ser una novela, basada en hechos y personajes reales e históricos, tratados de manera ficticia y supuestos inventados, que podrían haber sido reales, aunque poco demostrables, pero nada descabellados.
También he tratado de dar un repaso a hechos que levantaron contraste y diferencias de opinión entre los supuestamente beneficiados y los perjudicados, como ocurre en cualquier situación en la vida, donde siempre aparecen defensores y detractores.
Puede parecer que la escritura de un libro es sencilla, porque se piensa en algunos casos, que se trata de leer y copiar. Lo original es que, disponiendo de datos y personajes, interrelacionarlos dentro de una trama ficticia donde actúen conjuntamente, en pasajes ficticios cuando en la realidad es que esos hechos pueden no haber ocurrido.
Los personajes reales aparecen en la novela con nombres ficticios o apodos, aunque detrás de ellos están como ejemplo el científico y espía Jorge Juan de Santacilia y otros como Antonio de Ulloa, Blas de Lezo y en una segunda parte Bernardo de Gálvez, Alejandro Malaspina Domingo Badía y también algunos, que por no haberse descubierto donde reposan, son los héroes sin nombre.
Los secundarios sí que aparecen con sus nombres propios, para centrar la novela en su época histórica y con los políticos que gobernaban.
Pretendo que sea también, un homenaje a estos insignes personajes, importantes en su época y que dejaron su impronta, unos científicos, otros estrategas y militares. Ampliándolo a todos aquellos, que abarcan todas las ciencias conocidas, como son los humanistas, escritores, pintores, poetas, músicos, políticos etc...
En una parte final, no podía faltar mi más sincero homenaje, a las miles de personas anónimas olvidadas por venganza y que son los represaliados por el golpe militar de Franco. Solo una historia para que sirva de recordatorio, a todos los que reclaman La Memoria Histórica.
Como todo lo que escribo, el objetivo es dirigirlo a los lectores, por lo que espero y deseo que además de que sea entretenido, saquen algún conocimiento que les haga pensar, que solo ellos con su opinión, hacen que lo que se escriba tenga éxito, para lo que es importante llegar a ellos y que disfruten de la lectura.
“El amor por la lectura es algo
que se aprende pero no se enseña.”
El autor ... (ver texto completo)
La memoria suele ser frágil y el ser humano, en muchas ocasiones olvida fácilmente su historia, y en nuestro país nos suele ocurrir, que olvidamos a aquellos personajes, que han marcado momentos históricos e importantes en la historia y en nuestra posición a nivel mundial, indistintamente de que sus actuaciones hayan sido humanamente correctas o no, aunque siempre se recuerdan aquellas, que se han posicionado en los extremos, a favor o en contra de los valores humanos.
Solo pretendo recordar a algunos de estos personajes, pues no trato de escribir una enciclopedia. Dentro de estos personajes hay destacados por heroísmo y otros, militares, científicos y espías; nos pueden parecer que el espionaje es algo nuevo de la época de James Bond, pese a que es tan antiguo como la propia humanidad, pues se conocen hechos ocurridos en civilizaciones tan antiguas como: Persia, Grecia, Roma, Egipto, etc...
En esta obra de ficción histórica, quiero resaltar a personajes de entre los siglos XVIII y XIX, durante varios reinados absolutista y otros intentos de Republica Constitucionalista, que fueron conocidos militares, políticos, espías y científicos, dedicados entre otras cosas a la medición del meridiano terrestre, pero menos conocidos como espías, de los que algunas de sus gestas fueron ocultadas y olvidadas por intereses políticos.
Por tanto, este libro pretende ser una novela, basada en hechos y personajes reales e históricos, tratados de manera ficticia y supuestos inventados, que podrían haber sido reales, aunque poco demostrables, pero nada descabellados.
También he tratado de dar un repaso a hechos que levantaron contraste y diferencias de opinión entre los supuestamente beneficiados y los perjudicados, como ocurre en cualquier situación en la vida, donde siempre aparecen defensores y detractores.
Puede parecer que la escritura de un libro es sencilla, porque se piensa en algunos casos, que se trata de leer y copiar. Lo original es que, disponiendo de datos y personajes, interrelacionarlos dentro de una trama ficticia donde actúen conjuntamente, en pasajes ficticios cuando en la realidad es que esos hechos pueden no haber ocurrido.
Los personajes reales aparecen en la novela con nombres ficticios o apodos, aunque detrás de ellos están como ejemplo el científico y espía Jorge Juan de Santacilia y otros como Antonio de Ulloa, Blas de Lezo y en una segunda parte Bernardo de Gálvez, Alejandro Malaspina Domingo Badía y también algunos, que por no haberse descubierto donde reposan, son los héroes sin nombre.
Los secundarios sí que aparecen con sus nombres propios, para centrar la novela en su época histórica y con los políticos que gobernaban.
Pretendo que sea también, un homenaje a estos insignes personajes, importantes en su época y que dejaron su impronta, unos científicos, otros estrategas y militares. Ampliándolo a todos aquellos, que abarcan todas las ciencias conocidas, como son los humanistas, escritores, pintores, poetas, músicos, políticos etc...
En una parte final, no podía faltar mi más sincero homenaje, a las miles de personas anónimas olvidadas por venganza y que son los represaliados por el golpe militar de Franco. Solo una historia para que sirva de recordatorio, a todos los que reclaman La Memoria Histórica.
Como todo lo que escribo, el objetivo es dirigirlo a los lectores, por lo que espero y deseo que además de que sea entretenido, saquen algún conocimiento que les haga pensar, que solo ellos con su opinión, hacen que lo que se escriba tenga éxito, para lo que es importante llegar a ellos y que disfruten de la lectura.
“El amor por la lectura es algo
que se aprende pero no se enseña.”
El autor ... (ver texto completo)