QUIEN TE VIO
Vuelvan los aromas pasados de risas cantarinas
en tardes de inmenso amor.
Vuelvan los pájaros a su nido que desde mi venta vi crecer,
cuando el sol en la lejanía sobre el horizonte se dejaba ver.
Vuelva reverdecer la encina y el olivar,
vuelva la abeja a libar dorados panales de miel.
Vuelva tu boca ha besar mis labios anhelantes,
soy un pobre caminante que te busca en la sombra,
que el llora el corazón cuando a gritos te nombra.
¿Dónde estás compañero que perdí tus huellas?
Ni siquiera las estrellas pueden encontrarte,
¡Si ellas son tantas mirando hacia la tierra!
¿A quien voy ha preguntarle, quien te vió después que ellas?
Vuelva el pastor a las cañadas y el lobo a las madrigueras,
el ganado a los pastos y el sembrador a la era.
Vuelva el agua ha correr cantarina entre las peñas
adornando sus orillas miles de violetas.
Salgan los pájaros de su nido para aligerar mi pena,
¡Que es una carga muy dura para andar por la tierra!
Vuelvan tus palabras a mi alma yerta
para darle la vida como en las tardes aquellas
que gozabamos del amor sin sombras ni penas.
Caerá la nieve en el invierno y volverá el sol en primavera,
se volverá blanco mi pelo y yo seguiré en vela,
seguiré por los caminos las montañas y las sendas
preguntando a los hombres por si alguien te viera
como en aquella lejana noche que la sombra borró tu huella.
Yo seguiré esperando sin tener la certeza
que el destino junte de nuevo dos sendas,
fundidas en un beso donde el alma se queda.
Han pasado los años con inviernos y primaveras
y mis ojos han visto mucho llanto en la tierra,
cantaron las armas bajo una bandera
y los hombres se fueron y la muerte nos llega
enlutando las almas de los que se quedan
esperando la paz de un día cualquiera.
Y la paz ha llegado como vino la guerra
y de los que se fueron, solo una cruz queda,
erguida en el suelo bajo aquella bandera
con un triste lamento que el aire se lleva.
Y yo aún sigo preguntando por si alguien te viera,
¿Dónde estás compañero, en que país sueñas?
¿Que cielo te cubre, que sol te calienta?
¿Que manos te cuidan, que labios te besan?
¿Quien comparte contigo tu lecho y tu mesa?
¿Acaso olvidaste aquellas promesas
que solo el viento oirlas pudiera?
¡Oh quizás caminas como yo en tinieblas
recordando un pasado esperando que vuelva!
Han pasado muchos años y mis plantas están quietas,
se agotaron los caminos donde buscar tus huellas,
más yo sigo esperando ¡Un poco más vieja!
con alma de niña que ama y sueña
con poder entregarte esas primaveras
que han de venir hasta que Dios quiera.
No serán como antes de pasión y hoguera,
pero serán tranquilas dulces y serenas
llenas de amor como antes lo fueran,
que el amor nunca muere
cuando de él, ¡Está el alma llena!
Luz Parras.
... (ver texto completo)