Qurida
amiga Carmen: Permíteme que te considere mi amiga y me dirija a ti un tanto emocionada después de
leer tú respuesta y asimilar el contenido de la opinión que te merece mi
poema, Reina en el Hogar.
Soy optimista por naturaleza, pero precisamente porque la vida me ha golpeado con fuerza, "no es todo oro lo que reluce". Casi todo lo que escribo está relacionado con el dolor y la terrible experiencia de la pérdida de mi marido después de una larga lucha con el maldito Alzheimer.
Yo también intento paliar las largas horas de soledad escribiendo
poemas, pintando y, lo que considero más importante, hacerme a mi misma cada día, con el esfuerzo que supone no estar preparada para ambas cosas.
Es muy cierto, que el
trabajo de una "ama de casa" es rutinario y nada agradecido cuando el resto de la
familia no colabora, pero no es menos cierto, como en mi caso, que a veces las circunstancias profesionales, obligan al cónyuge a perderse lo mejor de la familia: compartir tareas domésticas, la
educación y formación de los hijos, etcétera.
éste ha sido mi caso, querida Carmen, pero no me arrepiento de todos los años que dediqué a los míos, a un a pesar de sentirme en ocasiones "un poco Cenicienta". Era mi trabajo, entonces mi vida, una vida que yo elegí y que jamás me arrepentí de ello, entre otras cosas, porque ame con locura a mi marido ¡lo sigo amando todavía! Fue un esposo y padre ejemplar.
Gracias por tus atenciones y por haberte paseado por mi web.
Un beso.
Fina Simón