No olvidaré aquel
verano sediento
del sol cansado muriendo al poniente,
mostrando su manto de oro candente:
feliz conjunción que cortó mi aliento.
Privilegio que mantengo contento
al sentir el ocaso tan lentamente,
tornando lo visible indiferente
y lo invisible en sueños del momento.
Dorados ocres, sierras y balcones;
destellos de color, campos de trigo
bellos paisajes en sacros faldones.
¿Cómo olvidar aquel día contigo,
resplandor grabado en dos corazones
donde el
astro sol encontró su abrigo?
Inés..