Baños de Valdearados: hilandera, Literatura

Baños de Valdearados: hilandera

Covarrubias (1611) menciona también el refrán al glosar la palabra copo, y por ser esta una de esas palabras en desuso, desde que ya no se hila, reproducimos a continuación casi por completo la entrada de su diccionario:
Copo. Cierto mechón o pegujón de lino o de lana o de algodón, que se hila puesto en la rueca, dicho en latín pensum, a pedendo, por estar colgado della; y de allí viene a sinificar (sic) la tarea y lo que se da de peso para hilar en un día. Y por ser el trabajo dél, pudo traer origen del nombre griego χοποζ , labor, molestia. Broncensis, copo de lana; graece ποχοζ , literis transpositis. Proverbio: «Poco a poco hila la vieja el copo». Copo de nieve, por la semejança que tiene la nieve quando cae a los copos de la lana; Psalmo 147: Qui dat nivem sicut lanam. Copo, en Valencia, es un pastelón grande, a manera de copón, que es como en Castilla la olla podrida, porque echan en él gallina, capones, palominos, perdices, longaniza, pies de puerco, carnero, vaca, tocino y otras muchas cosas En lengua toscana llama al pastelero copetatro. Filipo Venutida Cortina, en su diccionario.
Interesante esto que menciona Covarrubias de la labor que se hilaba en un día, porque nos recuerda el siguiente cuento recogido de la tradición oral castellana:

Érase una vez un matrimonio en el que la mujer bebía mucho vino y hacía poca labor, sin embargo, negaba siempre ser ella la que se había bebido el vino de la cuba. Un buen día el marido escondió la llave de la bodega en el copo, y se sentó a esperar.
Llegó la noche y la mujer presentaba más nerviosismo de lo normal:
— ¿Qué, María? ¿Has hilado mucho hoy?
—Lo de siempre, lo de siempre —contestaba la mujer sin dejar de mirar por todos los rincones, pero sin lograr encontrar la llave.
Así, pasaron algunos días, y la mujer estaba cada vez más nerviosa.
— ¿Qué, María? ¿Cómo se te ha dado hoy la labor?
—Como siempre, como siempre —rezongaba la mujer mientras le ponía la cena.
—Pues yo creo que te ha cundido poco, que yo veo el copo igual —le decía socarrón, el marido.
Y pasaban los día y la mujer estaba cada vez peor, así que al final se apiadó el marido y sacando la llave del copo, le dijo:
— ¿Ves, mujer? Si te hubieras puesto a hilar en vez de andar perdiendo el tiempo buscando la llave, la habrías encontrado hace muchos días.
Y es que poco se gana a hilar, pero menos a mirar.
BIBLIOGRAFÍA
• COVARRUBIAS OROZCO, Sebastián de (1611 = 1995): Tesoro de la lengua castellana o española.
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Publicado por La seña Carmen en 23:11 No hay comentarios: