Los tópicos iniciales conducen inmediatamente a un bello cuadro paisajístico caracterizado por la calma y paz «verdaderamente» bucólicas, con las correspondientes alusiones de extracción culta en los vientos, a Febo, en ese atardecer que ya se declara en el horizonte: duerme Favonio en rosa, Céfiro en azucena; de aquella fuentecilla bulliciosa nace agua, vive perla y muere arena: templa, Silvio, la lira, si Febo el verso inspira, y juntos cantaremos, pues ya de los extremos que corona de sol el horizonte, el empinado monte deja caer la sombra.