Buenas tardes Carmen: He leido minuciosamente el trágico relato de la vida de tu abuelo y la preciosa poesía que le dedicas, A mi Abuelo Antón Benito. Cuanta ternura y delicadeza encierra tu alma para él. Con seguridad que le abrá llegado donde quiera que se encuentre.
No tengo palabras para condenar esa materia llamada Humanidad sin sentimientos, capaz de matar, de robar, de destrozar familias enteras. Muchas veces, querida amiga, escuchando, leyendo o viviéndolo en primera persona tantísimo sufrimiento, dudo de Dios y su existencia, porque analizo y creo que estamos terriblemente solos en un mundo que se desmorona a nuestro alrededor sin podes hacer nada para evitarlo. Que Él me perdone.
Mi abuela María, también dejó una huella profunda en nuestras vidas por situación muy distinta. Yo si que la conocí para mi suerte y conviví unos años a su lado. Nunca vi mujer mas valiente, cariñosa y amante de su familia. Sin lugar a dudas, los abuelos, son una parte muy importante en la familia, sobre todo, para los nietos, y su formación, una figura que hoy casi se ha perdido o transformado muchos de ellos en criados de sus propios hijos. ¡QUÉ PENA!
Permíteme que te cuente a grandes rasgos quién era María Lahuerta, de apodo "La Sarriera", invadiendo tus recuerdos de ese día, 12 de noviembre del 41, pero en estos momentos yo también necesito hacerlo, hablar de la mía y quién mejor que tú para entenderme, y al final de ello plasmar parte de una poesía, que sin ser poeta, ¡qué más quisiera yo! le dediqué un día.
Mi abuela María (1872-1957), persona muy importante en mi vida y de la que guardo un entrañable recuerdo, era una mujer de mucho carácter, emprendedora e independiente. La vida la endureció quizá más que a otras, al quedar viuda joven y con tres hijos. Ella salió adelante trabajando el esparto como los ángeles y trenzando pleita, con la que hacía capazos y sarrias ¡de ahí su apodo!
Vendía carbón en su casa y también a domicilio transportándolo en su "burrico", que alguien le prestaba a cambio de carbón. Cuando venían las fiestas del pueblo ponía un puesto de chucherías y baratijas que yo ayudaba a transportar con tan solo 9 años.
Mi abuela era generosa con todo el que la necesitaba. En la época difícil de la guerra, sacó de algún apuro económico a mis padres. En cierta ocasión, cedió el nicho donde reposaba su marido, para sepultar a un niño recién nacido porque sus padres no podían costeárselo. Alli reposa ella, mi abuelo, el niño y un nieto que falleció a los 16 años.
Y ya para terminar, decirte, que como tu abuelo se llamaba Antón y mi abuela sentía gran devoción por este emblemático Santo, entre otras cosas, porque los animales eran parte de su vida solitaria, trataré de introducir una de mis pinturas representando al mismo en memoria de ambos. Tmbién recordarte que en el anterior mensaje adjunté otra de mis pinturas y te hablaba de mi pueblo y un poco de mi familia. Ignoro si lo has leido.
Un abrazo.
Fina Simón
"MARÍA LA SARRIERA"
Tan importante como mi madre
Tan cariños y buena donde las hubiera
Fue la mítica y adorada figura
De mi querida abuela materna.
Decías que eras de la Minglanilla
Que de buñolera no tenías nada
Pero sé que cada palmo de esta tierra
Formó parte de tu alma.
Caracterizaban tu noble alma
El amor hacia tus nietos
¡A tu Finica adorabas!
¡Y Juanico era tu ojito derecho!
Un duro en la "faltriquera"
Era tu lema en la vida
Con arrogancia bien entendida
Ninguna ayuda admitías.
Te bastabas por ti sola
Para luchar en la vida
Viuda y con tres hijos, sarriera
Carbonera, todos los oficios tenías.
Eran tus sabios refranes
Parte de la vida misma
Tus ideales no eran otros
Que el trabajo y tu familia.
¡De San Antonio eras devota!
¡La Banda del "Litro" tu preferida!
¡A las cosas llamabas por su nombre!
¡y tus hijos lo que más querías!
¡Qué arte tenían tus manos
Para hacer capazos y sarrias!
El manojo de esparto debajo del brazo
¡Aquel que tu misma picabas!
Y aquellos ágiles dedos
Que la pleita trenzaban
¡Qué bien puesto tenías el apodo1
¡"La Sarriera" te llamaban!
Tu imagen grabada llevo
Con el bastón y la cesta de caramelos
Y aquella gracia tan especial
Para atraer a los más pequeños.
¡Yo sé que las gentes de Buñol
Siempre recordarán a mi abuela!
¡Como a su bello Castillo
Y la torre de la Iglesia
Y las centenarias campanas
Que enamorada estaba de ellas!
Si la gloria y la fama son
Para los que perseveran en la vida
¡Yo sé que mi abuela "Sarriera"
Además, el cielo se ganaría!
Y donde tú te encuentres
Quiero que sepas abuela María
Que me siento orgullosa de llevar tu sangre
Pero nunca podré igualarte en nobleza y valentía.
Tu nieta que no te olvida.
Fina
No tengo palabras para condenar esa materia llamada Humanidad sin sentimientos, capaz de matar, de robar, de destrozar familias enteras. Muchas veces, querida amiga, escuchando, leyendo o viviéndolo en primera persona tantísimo sufrimiento, dudo de Dios y su existencia, porque analizo y creo que estamos terriblemente solos en un mundo que se desmorona a nuestro alrededor sin podes hacer nada para evitarlo. Que Él me perdone.
Mi abuela María, también dejó una huella profunda en nuestras vidas por situación muy distinta. Yo si que la conocí para mi suerte y conviví unos años a su lado. Nunca vi mujer mas valiente, cariñosa y amante de su familia. Sin lugar a dudas, los abuelos, son una parte muy importante en la familia, sobre todo, para los nietos, y su formación, una figura que hoy casi se ha perdido o transformado muchos de ellos en criados de sus propios hijos. ¡QUÉ PENA!
Permíteme que te cuente a grandes rasgos quién era María Lahuerta, de apodo "La Sarriera", invadiendo tus recuerdos de ese día, 12 de noviembre del 41, pero en estos momentos yo también necesito hacerlo, hablar de la mía y quién mejor que tú para entenderme, y al final de ello plasmar parte de una poesía, que sin ser poeta, ¡qué más quisiera yo! le dediqué un día.
Mi abuela María (1872-1957), persona muy importante en mi vida y de la que guardo un entrañable recuerdo, era una mujer de mucho carácter, emprendedora e independiente. La vida la endureció quizá más que a otras, al quedar viuda joven y con tres hijos. Ella salió adelante trabajando el esparto como los ángeles y trenzando pleita, con la que hacía capazos y sarrias ¡de ahí su apodo!
Vendía carbón en su casa y también a domicilio transportándolo en su "burrico", que alguien le prestaba a cambio de carbón. Cuando venían las fiestas del pueblo ponía un puesto de chucherías y baratijas que yo ayudaba a transportar con tan solo 9 años.
Mi abuela era generosa con todo el que la necesitaba. En la época difícil de la guerra, sacó de algún apuro económico a mis padres. En cierta ocasión, cedió el nicho donde reposaba su marido, para sepultar a un niño recién nacido porque sus padres no podían costeárselo. Alli reposa ella, mi abuelo, el niño y un nieto que falleció a los 16 años.
Y ya para terminar, decirte, que como tu abuelo se llamaba Antón y mi abuela sentía gran devoción por este emblemático Santo, entre otras cosas, porque los animales eran parte de su vida solitaria, trataré de introducir una de mis pinturas representando al mismo en memoria de ambos. Tmbién recordarte que en el anterior mensaje adjunté otra de mis pinturas y te hablaba de mi pueblo y un poco de mi familia. Ignoro si lo has leido.
Un abrazo.
Fina Simón
"MARÍA LA SARRIERA"
Tan importante como mi madre
Tan cariños y buena donde las hubiera
Fue la mítica y adorada figura
De mi querida abuela materna.
Decías que eras de la Minglanilla
Que de buñolera no tenías nada
Pero sé que cada palmo de esta tierra
Formó parte de tu alma.
Caracterizaban tu noble alma
El amor hacia tus nietos
¡A tu Finica adorabas!
¡Y Juanico era tu ojito derecho!
Un duro en la "faltriquera"
Era tu lema en la vida
Con arrogancia bien entendida
Ninguna ayuda admitías.
Te bastabas por ti sola
Para luchar en la vida
Viuda y con tres hijos, sarriera
Carbonera, todos los oficios tenías.
Eran tus sabios refranes
Parte de la vida misma
Tus ideales no eran otros
Que el trabajo y tu familia.
¡De San Antonio eras devota!
¡La Banda del "Litro" tu preferida!
¡A las cosas llamabas por su nombre!
¡y tus hijos lo que más querías!
¡Qué arte tenían tus manos
Para hacer capazos y sarrias!
El manojo de esparto debajo del brazo
¡Aquel que tu misma picabas!
Y aquellos ágiles dedos
Que la pleita trenzaban
¡Qué bien puesto tenías el apodo1
¡"La Sarriera" te llamaban!
Tu imagen grabada llevo
Con el bastón y la cesta de caramelos
Y aquella gracia tan especial
Para atraer a los más pequeños.
¡Yo sé que las gentes de Buñol
Siempre recordarán a mi abuela!
¡Como a su bello Castillo
Y la torre de la Iglesia
Y las centenarias campanas
Que enamorada estaba de ellas!
Si la gloria y la fama son
Para los que perseveran en la vida
¡Yo sé que mi abuela "Sarriera"
Además, el cielo se ganaría!
Y donde tú te encuentres
Quiero que sepas abuela María
Que me siento orgullosa de llevar tu sangre
Pero nunca podré igualarte en nobleza y valentía.
Tu nieta que no te olvida.
Fina
Buenas noches Fina:
Eres una artista magnífica como demuestras con tus pinturas, escribes, y también lo haces bien. Estoy encantada de conocer también la historia de tu abuela. Muchas mujeres, tras la guerra se convirtieron en heroínas, sin duda, por lo que he conocido, visto y vivido. Entonces eran mujeres fuertes, o menos fuertes, pero valerosas, igualmente. Tuvieron un mundo muy difícil algunas tras la guerra. Y de un bando y de otro. Pues la guerra dejó a muchos hombres muertos, heridos, y convalecientes, en muchos casos. Con heridas de guerra, decían sus esposas. Al ser así, se vieron obligadas a sacar a sus familias adelante. Yo creo que las mujeres, en general no tuvieron en cuenta la política, sino el vivir o sobrevivir a las circunstancias. Y sin embargo no nos miramos lo suficiente en ellas. Yo lo hago ahora pero cuando era mas joven, no. Lo que pasa es que me di cuenta de su valor, justo cuando ya no estaban con nosotros y cuando quise recuperar mis raíces porque me parecía necesario hacerlo. Cuando quieres saber quien eres y por qué debes saber de donde procedes. Y cuando hay lagunas en tu historia debes salvarlas y descubrirlas.
En cuanto a mi abuelo, era Antonio, no Antón, no sé si me equivoqué en lo que te conté. Siempre creí que se llamaba Antonio hasta que vi su partida de nacimiento y resulta que era Antonio Benito, pero he actualizado su nombre porque apenas si tuvo esas únicas palabras y sus dos apellidos. Y entonces quiero nombrarlo con su nombre completo desde que lo sé. Porque es lo único que tengo de él.
Un saludo
Eres una artista magnífica como demuestras con tus pinturas, escribes, y también lo haces bien. Estoy encantada de conocer también la historia de tu abuela. Muchas mujeres, tras la guerra se convirtieron en heroínas, sin duda, por lo que he conocido, visto y vivido. Entonces eran mujeres fuertes, o menos fuertes, pero valerosas, igualmente. Tuvieron un mundo muy difícil algunas tras la guerra. Y de un bando y de otro. Pues la guerra dejó a muchos hombres muertos, heridos, y convalecientes, en muchos casos. Con heridas de guerra, decían sus esposas. Al ser así, se vieron obligadas a sacar a sus familias adelante. Yo creo que las mujeres, en general no tuvieron en cuenta la política, sino el vivir o sobrevivir a las circunstancias. Y sin embargo no nos miramos lo suficiente en ellas. Yo lo hago ahora pero cuando era mas joven, no. Lo que pasa es que me di cuenta de su valor, justo cuando ya no estaban con nosotros y cuando quise recuperar mis raíces porque me parecía necesario hacerlo. Cuando quieres saber quien eres y por qué debes saber de donde procedes. Y cuando hay lagunas en tu historia debes salvarlas y descubrirlas.
En cuanto a mi abuelo, era Antonio, no Antón, no sé si me equivoqué en lo que te conté. Siempre creí que se llamaba Antonio hasta que vi su partida de nacimiento y resulta que era Antonio Benito, pero he actualizado su nombre porque apenas si tuvo esas únicas palabras y sus dos apellidos. Y entonces quiero nombrarlo con su nombre completo desde que lo sé. Porque es lo único que tengo de él.
Un saludo