Narraciòn:"El primer veraneo de Nadia" (mi hija)
Fue en enero de 1990. Entonces, Nadia era una beba preciosa y vivaracha de diez meses de edad. Viajò en un viejo y simpàtico Citroen, color amarillo limòn, hacia Villa Gesell. Manejò el papà de la niña, llamado Zenite, en compañìa de su mamà Noemì, los abuelos Ceci y Antonio y la "Misha" en su pequeña casita rodante de mimbre.
El baùl estaba cargado de todo lo necesario para pasar unas mini-vacaciones, porque el deseo de descansar y de que Nadia disfrutara, era muy intenso, pero el dinero era escaso.
En el trayecto tuvieron muchos obstàculos, pero Dios los ayudò a superarlos. Al poco rato de salir de casa se largò una lluvia torrencial semejante a un diluvio. Cuando llegaron a la estaciòn de peaje, parecìa que se negaban a abonar, ya que el Citroen no querìa frenar. Luego la familia decidiò esperar en una estaciòn de servicio hasta que calmara un poco la tormenta; allì descubrieron que el tanque de nafta estaba perdiendo combustible y un empleado del lugar se los reparò en forma provisoria para que pudieran seguir el viaje.
Estuvieron a punto de suspender el camino hacia la costa, ya que se encontraban aproximadamente en la mitad del recorrido y se habìan demorado mucho. Decidieron continuar hacia Villa Gesell y al poco rato "pincharon" un neumàtico. En medio de la lluvia y el barro tuvieron un auxilio para repararlo; la temperatura habìa descendido muchìsimo.
Por fin llegaron al lugar tan deseado, despuès de casi diecisèis horas de viaje; ¡màs del doble de lo normal!
Un matrimonio amigo muy generoso, les habìa prestado un departamento, en pleno centro de Villa Gesell. Despuès de tantas contrariedades, les parecìa mentira estar allì...
Pasaron unos dìas hermosos. Saliò el sol, la temperatura aumentò. Nadia y la "Misha" se adaptaron enseguida al nuevo hogar. Los abuelos descansaron junto a su nietita y sus papis. Gozaron las monerìas de Nadia. A ella le encantò la playa y los baños de mar. Estrenò sus primeras tanguitas, gorras y juguetes playeros. ¡Estaba contentìsima!
Todas las noches salìan a pasear por el centro y la beba volvìa dormida en su cochecito. Tuvieron unas pequeñas vacaciones maravillosas, se sacaron muchas fotos y la familia fue muy feliz en este primer veraneo con Nadia.
Venusina
28/08/92
Fue en enero de 1990. Entonces, Nadia era una beba preciosa y vivaracha de diez meses de edad. Viajò en un viejo y simpàtico Citroen, color amarillo limòn, hacia Villa Gesell. Manejò el papà de la niña, llamado Zenite, en compañìa de su mamà Noemì, los abuelos Ceci y Antonio y la "Misha" en su pequeña casita rodante de mimbre.
El baùl estaba cargado de todo lo necesario para pasar unas mini-vacaciones, porque el deseo de descansar y de que Nadia disfrutara, era muy intenso, pero el dinero era escaso.
En el trayecto tuvieron muchos obstàculos, pero Dios los ayudò a superarlos. Al poco rato de salir de casa se largò una lluvia torrencial semejante a un diluvio. Cuando llegaron a la estaciòn de peaje, parecìa que se negaban a abonar, ya que el Citroen no querìa frenar. Luego la familia decidiò esperar en una estaciòn de servicio hasta que calmara un poco la tormenta; allì descubrieron que el tanque de nafta estaba perdiendo combustible y un empleado del lugar se los reparò en forma provisoria para que pudieran seguir el viaje.
Estuvieron a punto de suspender el camino hacia la costa, ya que se encontraban aproximadamente en la mitad del recorrido y se habìan demorado mucho. Decidieron continuar hacia Villa Gesell y al poco rato "pincharon" un neumàtico. En medio de la lluvia y el barro tuvieron un auxilio para repararlo; la temperatura habìa descendido muchìsimo.
Por fin llegaron al lugar tan deseado, despuès de casi diecisèis horas de viaje; ¡màs del doble de lo normal!
Un matrimonio amigo muy generoso, les habìa prestado un departamento, en pleno centro de Villa Gesell. Despuès de tantas contrariedades, les parecìa mentira estar allì...
Pasaron unos dìas hermosos. Saliò el sol, la temperatura aumentò. Nadia y la "Misha" se adaptaron enseguida al nuevo hogar. Los abuelos descansaron junto a su nietita y sus papis. Gozaron las monerìas de Nadia. A ella le encantò la playa y los baños de mar. Estrenò sus primeras tanguitas, gorras y juguetes playeros. ¡Estaba contentìsima!
Todas las noches salìan a pasear por el centro y la beba volvìa dormida en su cochecito. Tuvieron unas pequeñas vacaciones maravillosas, se sacaron muchas fotos y la familia fue muy feliz en este primer veraneo con Nadia.
Venusina
28/08/92
! Pues que bien noemi! Yo hasta hace dos meses llevo dos años escribiendo algún cuento o relato por semana, de hecho en el foro de mi pueblo hats alguno de hace unos meses, el resto andan por aquí, si vengo de preparar algo a envía uno d estos días. Sinceramente, no "agarro" nada, que lo que ellos llaman un diploma de honor.
Saludos.
Saludos.
¡Hola, Libertad! ¿Cuàl es tu pueblo? Y de què se trata ese diploma de honor del que me hablas? ¡Saludos!