TEMBLOROSA POESÍA
Desnuda y pobre poesía mía, que humildes tus sílabas intentan,
desgranar el sentír de cada día que se hace en mi alma melodía
para reflejar llantos alegrías y penas.
Eres tú, mi dulce compañía, desde que mis oídos pudieron escucharte
y temblorosos mis dedos acariciarte cuando mis ojos apenas leer sabían,
descifrar yo no podía el setir que otros escribieron,
tantos sentimientos pusieron que temblar hicieron el alma mía.
A tus plantas juré adorarte con el orgullo de los que me antecedieron
y con mi pluma por siempre alabarte aunque digan que no te entendieron.
Poesía que ries cantas y lloras según el sentir de quien te viste,
unas veces radiante como la aurora, otras como una pájaro solo y triste.
Más toda tu derramas luz radiante pura y hermosa,
más perfumada que la rosa que el fecundo rosal viste
y más humilde que los lirios pues en tu regazo recoges,
miserias grandezas y delirios, ¡En verso soneto y prosa!
Yo te adoro cual fiel amante sin celos de quienes te acariciaron
y con sus plumas por siempre te alabaron sin que yo deje de adorarte
mi amor solo es para ensalzarte y como un pendón llevarte enarbolada,
dulce poesía que canta el alma enamorada
alzandote al viento como un estandarte,
¡Mientras quede una pluma para cantarte!
habrá corazones que en ellos te hagan morada.
(Luz Parras)
Desnuda y pobre poesía mía, que humildes tus sílabas intentan,
desgranar el sentír de cada día que se hace en mi alma melodía
para reflejar llantos alegrías y penas.
Eres tú, mi dulce compañía, desde que mis oídos pudieron escucharte
y temblorosos mis dedos acariciarte cuando mis ojos apenas leer sabían,
descifrar yo no podía el setir que otros escribieron,
tantos sentimientos pusieron que temblar hicieron el alma mía.
A tus plantas juré adorarte con el orgullo de los que me antecedieron
y con mi pluma por siempre alabarte aunque digan que no te entendieron.
Poesía que ries cantas y lloras según el sentir de quien te viste,
unas veces radiante como la aurora, otras como una pájaro solo y triste.
Más toda tu derramas luz radiante pura y hermosa,
más perfumada que la rosa que el fecundo rosal viste
y más humilde que los lirios pues en tu regazo recoges,
miserias grandezas y delirios, ¡En verso soneto y prosa!
Yo te adoro cual fiel amante sin celos de quienes te acariciaron
y con sus plumas por siempre te alabaron sin que yo deje de adorarte
mi amor solo es para ensalzarte y como un pendón llevarte enarbolada,
dulce poesía que canta el alma enamorada
alzandote al viento como un estandarte,
¡Mientras quede una pluma para cantarte!
habrá corazones que en ellos te hagan morada.
(Luz Parras)