Digo muchas veces que hasta en un muladar pueden crecer...

UNA VOZ NUEVA

Cuando ya no queden voces para gritar a lso vientos
el sentir del pueblo que clama por la paz y el sustento,
¿Quién levantará la suya...

Cuando secas queden las gargantas de reclamar tantos derechos
en este mundo tan injusto y tan lleno de atropellos,
¿Llegará una voz nueva que luche por todos ellos...

Se grita en las calles las plazas y los centros,
protestan los estudiantes ante un futuro incierto,
¡Queremos trabajo vivienda y respeto!
¡Queremos libertad para todos aquellos,
que luchan por la igualdad para hermanar a los pueblos!
¡No queremos guerras ni un planeta muerto,
por las armas que venden nuestros gobiernos!

¿Quiénes sois vosotros tiranos y reyezuelos?
¡Para poner cadenas a los pensamientos!
Libre es el hombre y libertad un derecho
ganado con sangre a través de los tiempos.

Y los tiempos pasan y vienen hombres nuevos
con las mismas ideas de los viejos aquellos,
poniéndo grilletes y exprimiendo los pueblos.

¡Ya estamos cansados de este mundo viejo!
Queremos la paz, ¡Que paz es lo primero!
Sin armas y sin guerras, sin hambre y con sueños.

(Luz Parras)

Digo muchas veces que hasta en un muladar pueden crecer las flores de la libertad. Y que el hombre no es libre cuando al suspiro de cada día, vientos helados roban una hogaza de pan.
Digo a menudo, que la mies crece en campos bien labrados. Que el sudor tiene sabor salado, que todo ser humano debiera probar... Y que cuando tanto se habla de patria, y sueños de libertad, esta hay que cultivarla, con el grito, con la denuncia y si es preciso, mas allá de la lágrima... para que entiendan de una vez los culpables que es un NO rotundo a la injusticia.

¿Porque no hablar de albas maltratadas
y de voces, cuando hablan esas voces
que no les importa sudar cada mañana
en gargantas torturadas cuando crecen?

¿Porque callar la voz de la garganta,
-las voces amordazadas palidecen-
e ignorar en las calles y las plazas
el grito de libertad cuando amanece?

ta vez salgan atropelladas las palabras
hacia vientos que me rugen y me duelen,
hacia silencios intensos que reclaman
primaveras porque relojes atardecen.

No evitaré de mis dedos, crezcan sílabas
palabras atropelladas y muy calientes
que de lejos se despiertan y me llaman,
de sus voces que nunca languidecen...

cuando presiento que palomas se me escapan
de teclado y siento frío y me aterecen.
Y me lloran como lloró una madrugada
cuando versosme nacieron muy calientes.

Hoy me salen heladas las palabras:
muy ateridas porque vientos y las voces
roncas. Y porque botas despiadadas
pisotearon del ayer tiernos belenes.
libertad