JIRONES DEL ALMA
He perdido el alma entre los jirones de mi vida,
agostando mis primaveras en largas he inútiles esperas
de paciencia sufridas.
Como la sangre de una herida se fue a borbotones,
esa alma tan querida de sueños y de ilusiones.
Entre las nieblas de la mañana quedó a los pies de mi cama
y en las esperas de la noche, se murió sin un reproche.
Mi alma de niña, compañera inseparable,
que amó soñó y lloró como un río inagotable.
Un día se cansó de tanto caminar en vano,
se desprendió de mi mano y de mi pecho se alejó.
Fue en busca de otras primaveras sin ilusiones y sin esperas
sin sueños ni quimeras ocultando su dolor,
y camina sin rumbo fijo llorando a solas su pena
¿Quién la separó de sus hijos que dentro de si las voces lleva?
A trozos dejó en el camino sus sueños y esperanzas,
¿Quién trazó su destino laberinto de dolor y lágrimas?
¿Quién robó sus sueños dejándolos en la nada?
¿Quién tuvo la culpa de tanta ira contenida,
de tanta lágrima derramada?
Hoy como un ángel caído rindo mi frente cansada
y a la muerte solo pido esa paz tan deseada.
¡Que nada ya me sirven los halagos y las palabras!
Que todo mi ser grita por los hijos de mi alma
que en las sombras oígo sus voces, ¡Mamá, mamá reclaman!
y se parte mi corazón y se retuercen mis entrañas
para ignorar esas voces que gritan a mis espaldas.
¿Será y con razón que otra vez vuelve mi alma?
¿Ha tener de compasión, ha reprocharme airada?
0h tal vez a llorar mi dolor por tanta renuncia callada.
¡Y es que a mi ya me duelen estas manos ensangrentadas!
De tanto arañar la tierra con este dolor a las espaldas.
Luz Parras.
He perdido el alma entre los jirones de mi vida,
agostando mis primaveras en largas he inútiles esperas
de paciencia sufridas.
Como la sangre de una herida se fue a borbotones,
esa alma tan querida de sueños y de ilusiones.
Entre las nieblas de la mañana quedó a los pies de mi cama
y en las esperas de la noche, se murió sin un reproche.
Mi alma de niña, compañera inseparable,
que amó soñó y lloró como un río inagotable.
Un día se cansó de tanto caminar en vano,
se desprendió de mi mano y de mi pecho se alejó.
Fue en busca de otras primaveras sin ilusiones y sin esperas
sin sueños ni quimeras ocultando su dolor,
y camina sin rumbo fijo llorando a solas su pena
¿Quién la separó de sus hijos que dentro de si las voces lleva?
A trozos dejó en el camino sus sueños y esperanzas,
¿Quién trazó su destino laberinto de dolor y lágrimas?
¿Quién robó sus sueños dejándolos en la nada?
¿Quién tuvo la culpa de tanta ira contenida,
de tanta lágrima derramada?
Hoy como un ángel caído rindo mi frente cansada
y a la muerte solo pido esa paz tan deseada.
¡Que nada ya me sirven los halagos y las palabras!
Que todo mi ser grita por los hijos de mi alma
que en las sombras oígo sus voces, ¡Mamá, mamá reclaman!
y se parte mi corazón y se retuercen mis entrañas
para ignorar esas voces que gritan a mis espaldas.
¿Será y con razón que otra vez vuelve mi alma?
¿Ha tener de compasión, ha reprocharme airada?
0h tal vez a llorar mi dolor por tanta renuncia callada.
¡Y es que a mi ya me duelen estas manos ensangrentadas!
De tanto arañar la tierra con este dolor a las espaldas.
Luz Parras.
! Claro que hay poemas que agrandan las venas entrando fuerte en el costado!
Es para leer despacio y aspirar su esencia.
En este momento no tengo tiempo que para
Un abrazo.
Es para leer despacio y aspirar su esencia.
En este momento no tengo tiempo que para
Un abrazo.
Gracias por estár ahi libertad, por tener una palabra para quien lo necesita.
Un abrazo amigo. Luz.
Un abrazo amigo. Luz.