UNA PLEGARIA
En esta hora de quietud y calma
cuando el sol se pone en la lejanía,
tiñe de suaves colores el día
dejando tan solo tristeza en mi alma.
Los ojos al infinito vuelvo
cogiendo todo con la mirada,
campos que se unen con el cielo
en el horizonte que no se acaba.
Extiendo mis brazos en cruz
cuando ya la luz se apaga
y pienso en otra cruz
tantas veces olvidada.
Recojo mis brazos vacíos
en mi voz una plegaria,
¿Qué fue lo que pasó Dios mío?
¡Que tanto me llora hoy el alma!
Luz Parras.
En esta hora de quietud y calma
cuando el sol se pone en la lejanía,
tiñe de suaves colores el día
dejando tan solo tristeza en mi alma.
Los ojos al infinito vuelvo
cogiendo todo con la mirada,
campos que se unen con el cielo
en el horizonte que no se acaba.
Extiendo mis brazos en cruz
cuando ya la luz se apaga
y pienso en otra cruz
tantas veces olvidada.
Recojo mis brazos vacíos
en mi voz una plegaria,
¿Qué fue lo que pasó Dios mío?
¡Que tanto me llora hoy el alma!
Luz Parras.