UNA PALABRA...

UNA PALABRA

Decis que mis versos son tristes y yo me pregunto,
¿Por qué el primer sonido del hombre es el llanto?
¡vosotros tampoco me podeis contestar!

¡Yo no quiero entristeceros!
Ya hay demasiadas manos vacías,
demasiadas risas forzadas,
hay muchos hombres que caminan
con el alma hecha pedazos,
con demasiadas cadenas pegadas a sus espaldas
y yo me siento hermano de ellos.

No puedo olvidar sus ojos tristes
ni ver cerrarse sus manos ante tanta hipocresía
tanta indiferencia, tanta soledad,
¡Todos somos culpables!
Pudimos haber unido las manos para ver un nuevo amanecer,
para escuchar el tañir de las campanas igual que cuando eramos niños,
¡Pero ahora ya no lo somos!
perdimos aquello que nos unía, ¡La ingenuidad!

Hay veces que siento vergüenza de haberme convertido en hombre,
de haberme quedado como esos bloques
que plantaron donde antes había un árbol
en el que anidaban los pájaros todas las primaveras,
¡Ahora quizá me podais comprender!

Yo me siento muy triste cuando veo al hombre caminar tan sólo,
cuando hay tantas manos que pueden unirse
y muchas voces que piden ser escuchadas,
cuando hay tanto amor escondido,
cuando solo se necesita, ¡Una palabra!

Luz Parras