SOLITARIA CASITA
Blanca y solitaria casita
entre pinos y matorrales,
verdes campos adornan tus lares
en el silencio y la paz recogida.
Riscos de sombras perennes,
valles donde el agua es cristalina,
caminos que van y vienen
donde el sol más puro brilla.
Lugar de mi niñez,
añoranzas ya perdidas,
recuerdos para mi vejez
padres hermanos familia.
¡Que lejos quedastéis ya!
como testigo la casita
que un día fue mi hogar
lleno de paz y alegría.
¡Que cansada hoy vuelvo
por los caminos que un día,
contemplaron mis sueños
y alentaron mi fantasía!
Que lindo ver salir el sol
cuando la luna queda dormida,
escuchar el tañir de las campanas
con su dulce y tierna melodía.
Oír el canto de los pájaros
en las ramas de las escobillas
bajo ese azul del cielo
y el verdor de las campiñas.
Cuantas cosas sencillas
por las que mi alma suspira
lejos del mundanal ruido
de un vivír lleno de prisas
donde las manos se quedan
de tantas cosas vacías.
Hoy al contemplar tus lares
el pasado de hace gavilla,
el tiempo dejó en tus pilares
su huella tan cansina.
De aquel pasado solo quedan
cuatro paredes vacías
y los padres que ahora duermen
a la sombra de la colina.
Los hermanos también se han ido
a otras tierras con sus familias,
y yo muy sola aquí me digo
¡De nostalgia tengo el alma herida!
Luz Parras.
Blanca y solitaria casita
entre pinos y matorrales,
verdes campos adornan tus lares
en el silencio y la paz recogida.
Riscos de sombras perennes,
valles donde el agua es cristalina,
caminos que van y vienen
donde el sol más puro brilla.
Lugar de mi niñez,
añoranzas ya perdidas,
recuerdos para mi vejez
padres hermanos familia.
¡Que lejos quedastéis ya!
como testigo la casita
que un día fue mi hogar
lleno de paz y alegría.
¡Que cansada hoy vuelvo
por los caminos que un día,
contemplaron mis sueños
y alentaron mi fantasía!
Que lindo ver salir el sol
cuando la luna queda dormida,
escuchar el tañir de las campanas
con su dulce y tierna melodía.
Oír el canto de los pájaros
en las ramas de las escobillas
bajo ese azul del cielo
y el verdor de las campiñas.
Cuantas cosas sencillas
por las que mi alma suspira
lejos del mundanal ruido
de un vivír lleno de prisas
donde las manos se quedan
de tantas cosas vacías.
Hoy al contemplar tus lares
el pasado de hace gavilla,
el tiempo dejó en tus pilares
su huella tan cansina.
De aquel pasado solo quedan
cuatro paredes vacías
y los padres que ahora duermen
a la sombra de la colina.
Los hermanos también se han ido
a otras tierras con sus familias,
y yo muy sola aquí me digo
¡De nostalgia tengo el alma herida!
Luz Parras.