Ahora hagamos la lectura que yo considero correcta. Es verdad que no coincide con la tuya, pero sinceramente creo que es la que más se ajusta a la realidad.
La Congregación para la Doctrina de la Fe (en adelante CDF) tiene como misión –así como la RAE, salvando distancias propias del status, la de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma español. En muy lógico que haya un organismo de máximo rango dedicado a garantizar la pureza del depósito de la fe. De lo contrario, si cada cual puede hablar ex cathedra diciendo las ocurrencias o iluminaciones que le parezca, dime cuánto tardaría la Iglesia en olvidarse de la fidelidad a Cristo. Lo tienen todos los organismos –no sólo religiosos- que deben sobrevivir. La RAE para el idioma español, la Crusca, para el italiano, l’Académie française para el francés, pero en lo político, en España existe el Tribunal Constitucional al que hay que acudir para asegurar la recta interpretación de la Constitución española (Podríamos multiplicar ejemplos casi al infinito). Nada de extraño que a la cabeza de la CDF haya un secretario, y que sea de extraordinaria competencia, y nada de extraño que dicha Congregación tenga un altísimo rango por la misión que le es confiada.
El significado de la palabra Inquisidor significa sencillamente, según el vocabulario castellano que sigue estando al uso, “juez eclesiástico que entendía en las causas de la fe”. Gran Inquisidor no era otra cosa que Juez Supremo. Sólo ha comenzado a tener sentido peyorativo cuando se introdujeron abusos. El “Santo Oficio” también cuenta con mucha leyenda negra. Si un día la figura del Juez Supremo en España quedase denostada por sus despropósitos, no significaría que el Juez Supremo fuese horripilante, sino que ese nombre habría quedado maltrecho. Ahora resulta que también parece que tomas con sentido peyorativo los nombres de “Enjuiciador”, “Comisario”, “investigaciones”; no veo por qué. Todo juez es un enjuiciador. ¿habrá que pedir perdón a la gente por disponer de cargos organizativos como cualquier otro colectivo o asociación? Afirmas: “Como la Inquisición del pasado, la Congregación para la doctrina de la Fe es en gran medida un tribunal, tiene sus propios jueces, y al principal se lo llama el "Enjuiciador" ¡Es plena verdad y es lógico! ¿dónde ves el mal?". Consideras negativo el hecho de que “Asisten al "Enjuiciador" un "Comisario" y dos monjes dominicos” ¿Dónde está el mal? Podías haber añadido que además de los dominicos hay otros asistentes, incluidos catedráticos de universidades, etc. ¡Eso es magnífico! “Estas personas tienen la larga tarea específica de preparar las "investigaciones" que la Congregación decide realizar”. ¡completamente lógico. ¿es malo?! “Estas investigaciones tienen casi siempre que ver con el incumplimiento de la doctrina por parte de eclesiásticos, o con cualquier otra cosa, que pueda amenazar la unidad de la iglesia” ¡completamente lógico ¿dónde está el mal?!. “Como en la Edad Media, las investigaciones se realizan en total secreto”. (podías haber añadido, y como en nuestros tiempos en cualquier tribunal que juga causas que afectan a personas, como también pasa con los consejo de ministros, como las decisiones delicadas de cualquier empresa.).
Además, usas expresiones que van con segunda intención para que el lector no crítico ya interprete en un sentido concreto lo que se le dice. Por ejemplo: “el más poderoso”, “los dos (papas) tenían ‘ciertas actitudes’”. No digamos, las afirmaciones completamente gratuitas que pertenecen a las comidillas entre la gente cuando une a su escasa información el afán de difamar, pero sin fundamente real. Así: “Ambos (papas) deseaban restaurar muchos valores pre-vaticano II” (¡falso!); “Ambos (papas) tenían aversión a los teólogos” (¡absolutamente falso!); “Ratzinger ve a los teólogos como si hubieran abierto la iglesia a influencias seculares corrosivas” (¡totalmente falso y gratuito!).
Apreciado Fernando/Isabel: Como verás, he pretendido darte una versión resumida de lo que es actualmente en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Puestos a comparar con “La Inquisición” no veo por ninguna parte la pena de cárcel (que sí hubo en otros siglos), las decisiones sin contar con el careo previo del investigado, ni el famoso Índice (lista de libros prohibidos), no digamos las torturas, los juicios sumarísimos, etc., si en algún tiempo existieron, aunque, como veo que alguna información tienes, sabrás perfectamente que hay toda una leyenda negra que se ha cebado sobre el particular, pero que los historiadores, si no son anticatólicos viscerales (que los hay), ya han desmontado hace tiempo. ¿Qué queda realmente de lo que a algunos les gustaría encontrar? No hay secretismos (sí, como es lógico, secretos y documentación reservada, ¡faltaría más!). Seguro que con los años se irá perfeccionando, como se perfeccionarán todos los tribunales del mundo, porque todo evoluciona y se perfecciona.
La misión de la CDF no es la de condenar a personas, pero si en algún momento hay que condenar doctrinas, es lógico que lo haga, como también es su misión defender doctrinas, contra las cuales se pueden levantar calumnias.
La Congregación para la Doctrina de la Fe (en adelante CDF) tiene como misión –así como la RAE, salvando distancias propias del status, la de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma español. En muy lógico que haya un organismo de máximo rango dedicado a garantizar la pureza del depósito de la fe. De lo contrario, si cada cual puede hablar ex cathedra diciendo las ocurrencias o iluminaciones que le parezca, dime cuánto tardaría la Iglesia en olvidarse de la fidelidad a Cristo. Lo tienen todos los organismos –no sólo religiosos- que deben sobrevivir. La RAE para el idioma español, la Crusca, para el italiano, l’Académie française para el francés, pero en lo político, en España existe el Tribunal Constitucional al que hay que acudir para asegurar la recta interpretación de la Constitución española (Podríamos multiplicar ejemplos casi al infinito). Nada de extraño que a la cabeza de la CDF haya un secretario, y que sea de extraordinaria competencia, y nada de extraño que dicha Congregación tenga un altísimo rango por la misión que le es confiada.
El significado de la palabra Inquisidor significa sencillamente, según el vocabulario castellano que sigue estando al uso, “juez eclesiástico que entendía en las causas de la fe”. Gran Inquisidor no era otra cosa que Juez Supremo. Sólo ha comenzado a tener sentido peyorativo cuando se introdujeron abusos. El “Santo Oficio” también cuenta con mucha leyenda negra. Si un día la figura del Juez Supremo en España quedase denostada por sus despropósitos, no significaría que el Juez Supremo fuese horripilante, sino que ese nombre habría quedado maltrecho. Ahora resulta que también parece que tomas con sentido peyorativo los nombres de “Enjuiciador”, “Comisario”, “investigaciones”; no veo por qué. Todo juez es un enjuiciador. ¿habrá que pedir perdón a la gente por disponer de cargos organizativos como cualquier otro colectivo o asociación? Afirmas: “Como la Inquisición del pasado, la Congregación para la doctrina de la Fe es en gran medida un tribunal, tiene sus propios jueces, y al principal se lo llama el "Enjuiciador" ¡Es plena verdad y es lógico! ¿dónde ves el mal?". Consideras negativo el hecho de que “Asisten al "Enjuiciador" un "Comisario" y dos monjes dominicos” ¿Dónde está el mal? Podías haber añadido que además de los dominicos hay otros asistentes, incluidos catedráticos de universidades, etc. ¡Eso es magnífico! “Estas personas tienen la larga tarea específica de preparar las "investigaciones" que la Congregación decide realizar”. ¡completamente lógico. ¿es malo?! “Estas investigaciones tienen casi siempre que ver con el incumplimiento de la doctrina por parte de eclesiásticos, o con cualquier otra cosa, que pueda amenazar la unidad de la iglesia” ¡completamente lógico ¿dónde está el mal?!. “Como en la Edad Media, las investigaciones se realizan en total secreto”. (podías haber añadido, y como en nuestros tiempos en cualquier tribunal que juga causas que afectan a personas, como también pasa con los consejo de ministros, como las decisiones delicadas de cualquier empresa.).
Además, usas expresiones que van con segunda intención para que el lector no crítico ya interprete en un sentido concreto lo que se le dice. Por ejemplo: “el más poderoso”, “los dos (papas) tenían ‘ciertas actitudes’”. No digamos, las afirmaciones completamente gratuitas que pertenecen a las comidillas entre la gente cuando une a su escasa información el afán de difamar, pero sin fundamente real. Así: “Ambos (papas) deseaban restaurar muchos valores pre-vaticano II” (¡falso!); “Ambos (papas) tenían aversión a los teólogos” (¡absolutamente falso!); “Ratzinger ve a los teólogos como si hubieran abierto la iglesia a influencias seculares corrosivas” (¡totalmente falso y gratuito!).
Apreciado Fernando/Isabel: Como verás, he pretendido darte una versión resumida de lo que es actualmente en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Puestos a comparar con “La Inquisición” no veo por ninguna parte la pena de cárcel (que sí hubo en otros siglos), las decisiones sin contar con el careo previo del investigado, ni el famoso Índice (lista de libros prohibidos), no digamos las torturas, los juicios sumarísimos, etc., si en algún tiempo existieron, aunque, como veo que alguna información tienes, sabrás perfectamente que hay toda una leyenda negra que se ha cebado sobre el particular, pero que los historiadores, si no son anticatólicos viscerales (que los hay), ya han desmontado hace tiempo. ¿Qué queda realmente de lo que a algunos les gustaría encontrar? No hay secretismos (sí, como es lógico, secretos y documentación reservada, ¡faltaría más!). Seguro que con los años se irá perfeccionando, como se perfeccionarán todos los tribunales del mundo, porque todo evoluciona y se perfecciona.
La misión de la CDF no es la de condenar a personas, pero si en algún momento hay que condenar doctrinas, es lógico que lo haga, como también es su misión defender doctrinas, contra las cuales se pueden levantar calumnias.