LA HUELLA DE TU SONRISA
Tú, que dejaste la huella de tu sonrisa
flotando por los caminos del mundo.
Tú, el eterno trovador con alma de niño
¡Hoy te has ido muy lejos!
Te quedaste prendado de una estrella
de tanto mirar al cielo,
te dormiste en la blanca arena
con el arrullo de un mar transparente
y un cortejo de astros te llevó a lo infinito.
Yo aún busco el sonido de tus palabras
y vago por los senderos que me hablan de ti,
voy acariciando las piedras del camino
por que ellas sujetan la huella de tus manos.
Eras demasiado romántico, demasiado soñador
para vivír en un mundo cada vez más deshumanizado,
tu corazón era demasiado noble
para entender la falta de amor entre los humanos,
para sobrevivir entre tanta crueldad.
Aún no se habían desprendido de tu alma
la bondad y la inocencia de cuando eras niño,
por eso tendías las manos al más indefenso
sintiéndote rico al ser pagado con una sonrisa.
Yo no puedo acostumbrarme a estar sin ti
y en los atardeceres busco el eco de tu voz
esperando encontrarte con las manos extendidas.ç
Ahora estoy sóla, ¡Estoy demasiado sóla
mirando el horizonte esperando verte en el!
Cada anochecer enciendo la lámpara de mi cuarto
para que su luz te guie hasta mi,
pero el alba me encuentra en vela
con la soledad por compañía.
Tu no volverás, ¡Yo lo se!
Esperarás en ese mundo donde no hay límites,
esperarás donde los hombres no ponen fronteras,
donde los pájaros cantan eternamente.
Cuando abra los ojos a la realidad
y acepte que ya no estás entre los hombres,
dejaré abandonado mi cuerpo
y desprendiéndome de ésta envoltura mortal,
correré hacia tu encuentro.
Iré ha buscarte a ese país
donde los sueños se hacen realidad,
donde no existe el miedo,
donde todos los hombres son hermanos.
Tu sitio estaba entre ellos
y por eso te fuiste antes de tiempo.
Tal vez algún día en ese lejano lugar,
pueda seguir escuchando tu dulce voz
como antes en la tierra de los mortales.
Luz Parras.
Tú, que dejaste la huella de tu sonrisa
flotando por los caminos del mundo.
Tú, el eterno trovador con alma de niño
¡Hoy te has ido muy lejos!
Te quedaste prendado de una estrella
de tanto mirar al cielo,
te dormiste en la blanca arena
con el arrullo de un mar transparente
y un cortejo de astros te llevó a lo infinito.
Yo aún busco el sonido de tus palabras
y vago por los senderos que me hablan de ti,
voy acariciando las piedras del camino
por que ellas sujetan la huella de tus manos.
Eras demasiado romántico, demasiado soñador
para vivír en un mundo cada vez más deshumanizado,
tu corazón era demasiado noble
para entender la falta de amor entre los humanos,
para sobrevivir entre tanta crueldad.
Aún no se habían desprendido de tu alma
la bondad y la inocencia de cuando eras niño,
por eso tendías las manos al más indefenso
sintiéndote rico al ser pagado con una sonrisa.
Yo no puedo acostumbrarme a estar sin ti
y en los atardeceres busco el eco de tu voz
esperando encontrarte con las manos extendidas.ç
Ahora estoy sóla, ¡Estoy demasiado sóla
mirando el horizonte esperando verte en el!
Cada anochecer enciendo la lámpara de mi cuarto
para que su luz te guie hasta mi,
pero el alba me encuentra en vela
con la soledad por compañía.
Tu no volverás, ¡Yo lo se!
Esperarás en ese mundo donde no hay límites,
esperarás donde los hombres no ponen fronteras,
donde los pájaros cantan eternamente.
Cuando abra los ojos a la realidad
y acepte que ya no estás entre los hombres,
dejaré abandonado mi cuerpo
y desprendiéndome de ésta envoltura mortal,
correré hacia tu encuentro.
Iré ha buscarte a ese país
donde los sueños se hacen realidad,
donde no existe el miedo,
donde todos los hombres son hermanos.
Tu sitio estaba entre ellos
y por eso te fuiste antes de tiempo.
Tal vez algún día en ese lejano lugar,
pueda seguir escuchando tu dulce voz
como antes en la tierra de los mortales.
Luz Parras.