Exhausto de buscar en la aurora...

ENTRE CENIZAS

He vuelto buscando entre cenizas
el rescoldo de una humilde llama
perdida entre el tiempo y las prisas
sin el rumor de amadas sonrisas
para un corazón que muy sólo clama.

Hoy entre vientos helados y fría luna
galopan corceles de negro presentimiento,
con tristeza escucho una canción de cuna
igual a la que yo canté en otro tiempo.

Ahora entre sueños rotos como cristales
un odio feroz crece entre mis manos,
obligándome a seguir entre los mortales
con un dolor más grande que los oceános.

No hay consuelo para tanta pena
que de llanto cubre el alma mía,
sin paz ni sosiego camino noche y día
sufriendo la más terrible de las condenas.

Para mi llanto y mi pena no hay pañuelo
al ver que las cenizas tan solo cenizas son,
que ni se olvida ni se perdona bajo este cielo
por mucho que quiera engañarnos el corazón

La realidad esconde bajo falsos velos
el sueño que la mente sigue acariciando,
uno se desgarra entre luchas y desvelos
sin ver que el tiempo todo lo va matando,
el ayer lejos, muy lejos se va quedando
como una sombra perdida al ras del suelo.

Jamás hubiese creído que llegaría un día
que el pasado con su carga caería por si solo,
que al fin las penas entre penas se ahogarían
para no sentir ni siquiera rencor ni odio.

Ahora libre de tan pesada carga
al infinito levanto los ojos,
que las penas fueron muy amargas
y por fin murieron sin dejar ni enojos,
el ayer con su dolor y sus despojos
desapareció bajo la paz que ahora me embarga.

Luz Parras.

Exhausto de buscar en la aurora
me sorprendió el ocaso:
Y yo que viví días azules
-! Mal dita niebla, maldita espera,
y malditas primaveras sin flores!-
Y yo que esperé la madrugada
insolente viento de silencio:
en el silencio, solo dijo: nada.

En esa voz que brota de la tristeza
escribí unos versos de cálida esperanza
por si brotaban rosas;
por si el Alba...
y grité: amiga mía ven ahora.

Escucha amiga ve ahora: ahora
que una primavera floreciendo
en flores de amor creciendo
a mas amor y música sonora.

Acércate, mujer, trae tu aurora
a esta mi soledad, a este empeño
de que seas mi dueña y yo tu dueño
una hora mujer, miles de horas.

Mira como tiemblan muy desgranadas
mis manos y se te acercan floreciendo
en caricias de rosas, y perfumes del aire

y se torna el cielo color de esmeralda.
Mira el arco iris dibujado en el Cielo...
igual al de el día que te amé entre los sauces

libertad

Con el deseo de un feliz día.