Amigo Juan, siempre admiré lo que escribías, formaste...

Amigo Juan, siempre admiré lo que escribías, formaste parte de aquellos pocos en quienes pensaba cuando un día, novata de poesía, por no decir incapaz de escribir algo con la mas simple regla, me acerqué tímidamente en plan de admiradora por todos aquellos que escribíais con tanta gracia, sabiduría y “salero”. Poco duró aquello, pero me quedaron grabados recuerdos inolvidables!
Hoy, parece que sufres por lo que reflejas en tus escritos, y lo siento, amigo, lo siento, como si te hubiera conocido ya que te considero entre los mejores por lo que representaba todo aquello que reflejabas en tus escritos. He tenido que renunciar a un viaje cuyo primer destino era Barcelona, por complicaciones de salud; ya sé que no estas ahí, que vives en esa bonita ciudad que cantó tan bien nuestro amigo Serrat, pero bien seguro, con tu permiso nos hubiéramos encontrado!.

Te digo, que sea lo que sea, no te declares vencido por nada, saca fuerza de flaqueza y lucha, lucha siempre!. Puede que sepas cual fue mi profesión durante largos años; uno de los casos, entre muchos otros, que me dejaron admirada y grabados para toda mi vida, fue el de un asturiano – emigrante -, ya condenado, que se decía, a todas las horas del día, que el no podía morir, que tenia una nietecita de dos años a quien tenia que aportarle su cariño y su atención de abuelo!. No creía en nada, pero creía en el, y en esa creencia se apoyaba día a día!. Aquel hombre salió de aquel trance y aun hoy sigue viviendo, después de volver a España, a su Asturias! Aquel hombre ganó la batalla por su tenacidad en su propia fe. Venció, después de verlo a veces revolcarse por el suelo, un cáncer de pulmón, lo cual nadie lo hubiera pensado!.

Sea lo que sea lo tuyo, no pierdas jamas la fe en ti mismo, yo sé por experiencia, que el ser humano tiene capacidades que sobrepasan los conocimientos que de ellos tienen los grandes especialistas.

No es mi costumbre, Juan, pero te envío mi abrazo.

Antonia