LUZ DE CANDÍL
Tú que no recogiste mi canto
cuando mi voz te imploraba febríl,
mis ojos se anegaron de llanto
y mis días se tiñeron de añil.
De azucenas llené los brazos
y con gesto dulce, casi infantíl,
soñé que me acogías en tus brazos
bajo la luz mortecina de un candíl.
Mi sueño se quedó en la nada
y muertas las azucenas que cogí,
mi voz tú ya no la escuchabas
¡Y cuanto mis ojos lloraron por tí!
Mi alma se quedó atardecida
y mi corazón se cerró a todo canto,
la palabra quedó en mi boca dormida
para no gritar mi dolor y mi quebranto.
Ya no te imploran mis ojos amor,
ya no te piden una palabra de cariño,
me dejaste perdida igual que un niño
llevando a cuestas tan solo mi dolor.
Tú que no recogiste mi canto
cuando mi voz te imploraba febríl,
mis ojos se anegaron de llanto
y mis días se tiñeron de añil.
De azucenas llené los brazos
y con gesto dulce, casi infantíl,
soñé que me acogías en tus brazos
bajo la luz mortecina de un candíl.
Mi sueño se quedó en la nada
y muertas las azucenas que cogí,
mi voz tú ya no la escuchabas
¡Y cuanto mis ojos lloraron por tí!
Mi alma se quedó atardecida
y mi corazón se cerró a todo canto,
la palabra quedó en mi boca dormida
para no gritar mi dolor y mi quebranto.
Ya no te imploran mis ojos amor,
ya no te piden una palabra de cariño,
me dejaste perdida igual que un niño
llevando a cuestas tan solo mi dolor.