Buenas noches Noemí:
Qué feliz coincidencia, precisamente yo he escrito una pequeña historia de los Siete Infantes de Lara, en verso. Aquí en este apartado ya he publicado alguna parte. Me gustan mucho los pueblos y su historia. Hace mucho tiempo me adentré en esa leyenda de Salas de los Infantes, que una profesora del colegio "Petra Lafont" de Tardajos (adonde iban mis hijos a estudiar) me facilitó. Me contó la historia y entonces yo a mi vez hice unos versos basados en la obra. Rememorando a su vez mi tierra. Y en mi tierra si hay espliego por doquier. Una pena porque ahora nadie lo recoge pero se queda en el ambiente. Las abejas siguen haciendo miel y si se visita ese lugar el perfume te penetra en el corazón. Este verano estuve un día y se me volvió a impregnar el alma, solo que al regresar sentí una pena inmensa de dejar mi tierra y volver a ésta. Pero aquí está mi vida por mucho que lo sienta. Hoy voy a continuar con esta en la que vivo. Y al poco de venir aquí y ver el tramo del Río Arlanzón que pasa por Tardajos escribí " A orillas del Arlanzón". Yo se que este río antes estaba a rebosar de vida y cuando lo conocí despedía fétidos olores. Pero de verdad me gustaría rescatarlo de su contaminación. Aunque sea solo en mis poemas. Mas tarde fueron las fuentes y he seguido escribiendo sobre todo lo que se ha perdido.
Este es el Puente del Arzobispo a su paso por terrenos ya de Tardajos. Cuentan que venía el Arzobispo a inaugurar la temporada de pesca.ÉL era el primero que pescaba y después ya podían hacerlo los pescadores. Había gente que se ganaba la vida pescando previo pago de unos impuestos y lo vendía. Varias familias vivían de la pesca en Tardajos. Y de la caza. Orzas y orzas de perdices y codornices escabechadas se guardaban en las mejores casas del pueblo y en las humildes porque había para todos.
Pero lo que yo he conocido ha ido decreciendo poca a poco en cuanto a la caza, porque ya de pesca hacía muchos años que se habían muerto todos los peces, barbos, bogas, truchas y cangrejos que contuvo en sus años florecientes.
¿Ves los troncos caídos en el río pues hace mucho que no he ido a verlo pero casi me imagino que ahí siguen hasta que se forme una pequeña isla con ellos.
Todo lo que se cae al río, se integra en la naturaleza porque a nadie le interesa retirarlo. Solo cobrar.
Qué feliz coincidencia, precisamente yo he escrito una pequeña historia de los Siete Infantes de Lara, en verso. Aquí en este apartado ya he publicado alguna parte. Me gustan mucho los pueblos y su historia. Hace mucho tiempo me adentré en esa leyenda de Salas de los Infantes, que una profesora del colegio "Petra Lafont" de Tardajos (adonde iban mis hijos a estudiar) me facilitó. Me contó la historia y entonces yo a mi vez hice unos versos basados en la obra. Rememorando a su vez mi tierra. Y en mi tierra si hay espliego por doquier. Una pena porque ahora nadie lo recoge pero se queda en el ambiente. Las abejas siguen haciendo miel y si se visita ese lugar el perfume te penetra en el corazón. Este verano estuve un día y se me volvió a impregnar el alma, solo que al regresar sentí una pena inmensa de dejar mi tierra y volver a ésta. Pero aquí está mi vida por mucho que lo sienta. Hoy voy a continuar con esta en la que vivo. Y al poco de venir aquí y ver el tramo del Río Arlanzón que pasa por Tardajos escribí " A orillas del Arlanzón". Yo se que este río antes estaba a rebosar de vida y cuando lo conocí despedía fétidos olores. Pero de verdad me gustaría rescatarlo de su contaminación. Aunque sea solo en mis poemas. Mas tarde fueron las fuentes y he seguido escribiendo sobre todo lo que se ha perdido.
Este es el Puente del Arzobispo a su paso por terrenos ya de Tardajos. Cuentan que venía el Arzobispo a inaugurar la temporada de pesca.ÉL era el primero que pescaba y después ya podían hacerlo los pescadores. Había gente que se ganaba la vida pescando previo pago de unos impuestos y lo vendía. Varias familias vivían de la pesca en Tardajos. Y de la caza. Orzas y orzas de perdices y codornices escabechadas se guardaban en las mejores casas del pueblo y en las humildes porque había para todos.
Pero lo que yo he conocido ha ido decreciendo poca a poco en cuanto a la caza, porque ya de pesca hacía muchos años que se habían muerto todos los peces, barbos, bogas, truchas y cangrejos que contuvo en sus años florecientes.
¿Ves los troncos caídos en el río pues hace mucho que no he ido a verlo pero casi me imagino que ahí siguen hasta que se forme una pequeña isla con ellos.
Todo lo que se cae al río, se integra en la naturaleza porque a nadie le interesa retirarlo. Solo cobrar.