A ORILLAS DEL ARLANZÓN
I
Soñó el poeta el curso
de un río limpio,
un espejismo, un soplo
de la ilusión.
Transparencias y rumores
cantaba el viento
soplando sobre los viejos
troncos de olmos, ya secos;
despertando del sueño cansado y pobre.
Cesaron ya los resplandores,
las pasadas glorias, la riqueza
de tus aguas cristalinas y puras;
la limpieza del campo
derramada, sin esencia,
sin Mañana.
"Yo sé donde se esconde"
gritó desesperado.
"Yo sé donde buscar".
Soñé, soñé, soñé
tu rico caudal
peleado de otros tiempos
por poseer tu dominio:
Hospital del Rey y Tardajos.
Ganó el progreso.
Perdiste la partida.
Contigo, todos, tu codiciada vida.
I
Soñó el poeta el curso
de un río limpio,
un espejismo, un soplo
de la ilusión.
Transparencias y rumores
cantaba el viento
soplando sobre los viejos
troncos de olmos, ya secos;
despertando del sueño cansado y pobre.
Cesaron ya los resplandores,
las pasadas glorias, la riqueza
de tus aguas cristalinas y puras;
la limpieza del campo
derramada, sin esencia,
sin Mañana.
"Yo sé donde se esconde"
gritó desesperado.
"Yo sé donde buscar".
Soñé, soñé, soñé
tu rico caudal
peleado de otros tiempos
por poseer tu dominio:
Hospital del Rey y Tardajos.
Ganó el progreso.
Perdiste la partida.
Contigo, todos, tu codiciada vida.