En, absoluto, quimin, tus escritos no me aburren. Aquí tenemos un matrimonio de Guadalajara, que artos de la ciudad decidieron venirse a un pueblo y aterrizaron en este. Están encantados de la vida. Ella muchas veces nos dice que no hecha en absoluto de menos la rutina diaria de la ciudad y como aquí, (no es por presumir) somos buena gente y acogemos al extrangero como si fuera del pueblo de toda la vida, pues aun mejor. Pero incluso te diré más, no hace muchos dias me enteré, que mi antigua novia, con la que lo deje por que ella no queria regresar al pueblo y yo no me queria ir a vivir a Madrid (con buentrabajo y todo), resulta que está arreglando una antigua cas para venirse a vivir al pueblo, por que su marido (madrileño de nacimiento) se siente más agusto aquí que en Madrid. O sea que algo bueno tendrá el pueblo y la tendencia es esa. Sin necesid