hay que entender que quien tiene tanto poder, no puede abarcarlo todo. Viven en un continuo resquemor por tener tanto y tanto y no ser capaces de dominar todo lo que quisieran. SEr tan poderosos, les hace vulnerables, se preocupan continuamente por sus carteras de valores, sus negocios, su pasta, por su pierden un centavo. Y la hora de morir no la tienen asegurada entre tantos y tantos seguros. A buen seguro que se perdió mil y una puesta de sol, mil y un nuevo amanecer, muchas pequeñeces que sin duda no tenía ningún valor para él. En fin, que no es oro todo lo que reluce, que la decisión de un poderoso, muchas veces no le convencen ni al mismo que la toma.
Quizás jamás tomó en consideración florecillas como éstas que tanto bien hacen en nuestro ánimo al verlas aparecer cada primavera.
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