LA PUERTA DE ALCALÁ
Allá, en lo alto de la calle de Alcalá, en un fondo vago de anochecer de oriente, en que la luna que se anunció tras ella mezcla su oro con las últimas rosas del día, que muere tras la Puerta del Sol, la puerta magna se ve aún, bella y sola, vagamente gris con la fronda del Retiro, oscura, encima…
Mis sueños han tenido cien veces esta vista prodigiosa, y la arboleda de detrás, en las metamorfosis del sueño, era ya pinar de Moguer, palmeras de Sevilla, castaños de Burdeos…, ... (ver texto completo)
Allá, en lo alto de la calle de Alcalá, en un fondo vago de anochecer de oriente, en que la luna que se anunció tras ella mezcla su oro con las últimas rosas del día, que muere tras la Puerta del Sol, la puerta magna se ve aún, bella y sola, vagamente gris con la fronda del Retiro, oscura, encima…
Mis sueños han tenido cien veces esta vista prodigiosa, y la arboleda de detrás, en las metamorfosis del sueño, era ya pinar de Moguer, palmeras de Sevilla, castaños de Burdeos…, ... (ver texto completo)