Ángel yo sigo comiendo esos bocadillos de calamares bastante a menudo, la verdad que saben a gloria. Aunque la zoma a cambiado mucho, pero a mi me siguen gustando los restaurantes de la cava baja.
Recuerdo aquel vino en frasca enfriándose al correr del agua “cosa impensable hoy DIA por lo cara que se a puesto y la escasez que hay”
Madrid es una ciudad dura para trabajar por las distancias, pero maravillosa para vivir, todos los días, tienes cosas nuevas para poder hacer, llevo en ella muchos años y me encanta y eso que venia de puerto de mar “ Gijón” pero no cambio Madrid por nada. Saludos