Calle de las Huertas, una calle siempre festiva, sobre todo por la noche, da gusto pasear por ella, su asfalto nos entrega su sabia lección de piedra escuchando con los ojos a muertos tan vivos como estos: Quevedo, Lope, Gongora, Cervantes...
Sus textos nos ilustran el paseo.
-Miré los muros de la patria mia, si un tiempo fuertes,
ya desmoronados, de la carrera de la edad,
cansados por quien caduca su valentia.
Quevedo.