Llevo cincuenta y cinco años viviendo en
Madrid, es la primera vez que no me voy en
Semana Santa, he vivido un poco las procesiones, y me a sorprendido la cantidad de
mujeres jóvenes que he visto portando los pasos.
No se si hemos perdido el miedo a la crisis, pues Madrid estaba a reventar de
turismo nacional “y por supuesto mucho extranjero“, casi imposible conseguir una mesa para
comer, las entradas de los teatros igualmente, ¡vamos como si nos sobrara el dinero!