Mañana de domingo en la Casa de Campo, que está preciosa, el otoño le sienta bien, el suelo de un verde intenso, brillante por el rocío; muchas
familias con sus niños en bicicleta y algunos raros artilugios, fruto de la imaginación de los padres, para llevar a los más pequeños. Pequeño lago aprovechando las aguas del arroyo Meaques.