Bueno, yo me movía más por las del pueblo y otros pueblos de la provincia, pues cuando ya tenía edad para ir a estos sitios ya tenía coche y hacíamos la ruta de nuestro "bacalao" particular: Las Rozas; Majadahonda; Arganda del Rey, Colmenar Viejo; El Escorial..., etc., además de asistir a las que había en Pozuelo y Aravaca, que unas estaban en el pueblo y las otras nos quedaban cerca.
A las de Madrid capital, aunque entonces no eran discotecas aun, íbamos a las de la cadena Consulado, calle Atocha, Arguelles etc., y a otras, además de a mesones por Ciudad Lineal y Ventas, íbamos por la noche. Pero de éstas no recuerdo ni el nombre de ninguna.
De cines iba a el Pleyel, ya que yo trabajaba en la Calle Mayor y lo conocía de pasar por la puerta todos los días varias veces; al Muñoz Seca pues trabajaba de portero y de acomodador un vecino de Pozuelo y padre de un amigo mío y me dejaba pasar gratis. Como era de sesión contínua, iba al salir de trabajar al medio día y allí me comía el almuerzo -un bocata de tortilla con pimientos o de filetes empanados, dentro de media barra de pan y un botellín del Águila para que no se me atragantase en el gargabero. También iba al Montera; al Carretas y el de la calle Postas, antes de que lo clasificaran de "S", o sea, que proyectaban películas pornagráficas exclusivamente.
Cuando iba a los cines que he mentado, no sabía que eran frecuentados por gais -maricas les decían entonces- y menudo cachondeo que se montaban conmigo los conocidos cuando les contaba la película que había visto y dónde la había visto. Así decía yo que veía ciertas cosas, o aptitudes raras en algunos, pero claro, la inocencia de los 15 y 16 años de un chaval de pueblos al fin y al cabo, que aun le faltaba mucho por aprender.
A las de Madrid capital, aunque entonces no eran discotecas aun, íbamos a las de la cadena Consulado, calle Atocha, Arguelles etc., y a otras, además de a mesones por Ciudad Lineal y Ventas, íbamos por la noche. Pero de éstas no recuerdo ni el nombre de ninguna.
De cines iba a el Pleyel, ya que yo trabajaba en la Calle Mayor y lo conocía de pasar por la puerta todos los días varias veces; al Muñoz Seca pues trabajaba de portero y de acomodador un vecino de Pozuelo y padre de un amigo mío y me dejaba pasar gratis. Como era de sesión contínua, iba al salir de trabajar al medio día y allí me comía el almuerzo -un bocata de tortilla con pimientos o de filetes empanados, dentro de media barra de pan y un botellín del Águila para que no se me atragantase en el gargabero. También iba al Montera; al Carretas y el de la calle Postas, antes de que lo clasificaran de "S", o sea, que proyectaban películas pornagráficas exclusivamente.
Cuando iba a los cines que he mentado, no sabía que eran frecuentados por gais -maricas les decían entonces- y menudo cachondeo que se montaban conmigo los conocidos cuando les contaba la película que había visto y dónde la había visto. Así decía yo que veía ciertas cosas, o aptitudes raras en algunos, pero claro, la inocencia de los 15 y 16 años de un chaval de pueblos al fin y al cabo, que aun le faltaba mucho por aprender.