Ahora que llega la Navidad, se va dando cuenta uno, de la cantidad de mentiras y engaños que tiene nuestra sociedad de consumo. Madrid se viste de luces su zona céntrica, incluido el Barrio de Salamanca. Mientras tanto, los pisos se siguen despropiando a las clases más desfavorecidas. Las calles del centro se llenan de gente, unos para deleitar compras y comidas, y otros para ver como transcurre este final del año, 2013. Los atascos se multiplican, mientras los autobuses circulan a tope de personas. Madrid es hoy por hoy el reflejo de nuestra sociedad. Que siente bajo sus pies el drama del paro. La falta de interés de arreglar la educación, No digamos de la Sanidad Publica, que hasta hace dos días funcionaba bastante bien. Hoy todo lo que el gobierno privatiza, nos resulta mucho más caro y peor. Eso si arreglando la economía a sus amigos del entorno, a cuenta del sufrido ciudadano, como es actualmente la electricidad. Donde los políticos se enchufan en los altos cargos de las compañías.
Todo esto y mucho más lo sabemos la mayoría de la población, pero nos sentimos desbordados, por tantos chupópteros dentro del sistema. Hasta los jubilados se ven cada día peor, y eso se nota cuando se habla con ellos de la economía familiar. No se que solución tiene este mal momento, pero con los corruptos mejor no fiarse de ellos.
Ahora mismo vengo del centro de Madrid, las calles son un hormiguero de publico, los establecimientos de cafeterías y chocolaterías, se encuentran abarrotados de gente.
La verdad que no parece que exista ninguna crisis. Pero cuando echas la vista al suelo, entonces te das cuenta del umbral de pobreza de este Madrid bullanguero, los pobres se amontonan sobre las aceras, las paradas de autobuses son puntos para acercarse los mendigos a contarte su pobre historia. Las calles se encuentran bastante sucias, las hojas de los árboles ayudan a que puedas darte algún golpe serio al resbalar con ellas. Las tiendas todas se encuentran abiertas aunque sea día festivo, el centro de la capital se encuentra cortado a los vehículos particulares.
Este Madrid, de desguaces y pesadillas, de sombras de pobreza y miseria con drogadictos que acaban sus días en la más negra indigencia, se da cuenta uno que existen grandes lujos, coches de marcas muy caros, restaurantes de cinco tenedores, que a veces parecen el paraíso terrenal, Tiendas donde al entrar parece que te piden la cartera. Y luego venimos al barrio de cada uno y nos sentimos mal, Muy mal. Luces no existen ninguna que pudieran alegrar estas fiesta, vemos las aceras levantadas, hace tiempo sin arreglar, los establecimientos vacios, la soledad y la tristeza de unas navidades que parecen más pobres que nunca, eso sí, en la Puerta del Sol, creo que habría como cincuenta tenderetes de venta de lotería de Navidad, y toda la gente pasando de dicha compra, parece que la gente antes de comprar lotería lo que quiere es comer cada día, y piensas en que ciudad vivimos, en que nube estamos, hacia donde circulamos, estas preguntas me hice cuando el autobús circulaba por la “Milla de Oro”, que esa si estaba muy bien iluminada, mi cerebro se siente contrariado, viendo a mi barrio mas humilde y marginado, que el barrio que cruza el autobús numero 9. Donde se notaba la falta de crisis. Este es el Madrid de la alcaldesa señora Botella. Que los barrios obreros y medianos no parece que tenga que cuidarlos y adecentarlos y tratar de arreglar las alcantarillas para evitar posibles accidentes, un saludo a mis amigos, desde, Madrid.
G X Cantalapiedra.
Todo esto y mucho más lo sabemos la mayoría de la población, pero nos sentimos desbordados, por tantos chupópteros dentro del sistema. Hasta los jubilados se ven cada día peor, y eso se nota cuando se habla con ellos de la economía familiar. No se que solución tiene este mal momento, pero con los corruptos mejor no fiarse de ellos.
Ahora mismo vengo del centro de Madrid, las calles son un hormiguero de publico, los establecimientos de cafeterías y chocolaterías, se encuentran abarrotados de gente.
La verdad que no parece que exista ninguna crisis. Pero cuando echas la vista al suelo, entonces te das cuenta del umbral de pobreza de este Madrid bullanguero, los pobres se amontonan sobre las aceras, las paradas de autobuses son puntos para acercarse los mendigos a contarte su pobre historia. Las calles se encuentran bastante sucias, las hojas de los árboles ayudan a que puedas darte algún golpe serio al resbalar con ellas. Las tiendas todas se encuentran abiertas aunque sea día festivo, el centro de la capital se encuentra cortado a los vehículos particulares.
Este Madrid, de desguaces y pesadillas, de sombras de pobreza y miseria con drogadictos que acaban sus días en la más negra indigencia, se da cuenta uno que existen grandes lujos, coches de marcas muy caros, restaurantes de cinco tenedores, que a veces parecen el paraíso terrenal, Tiendas donde al entrar parece que te piden la cartera. Y luego venimos al barrio de cada uno y nos sentimos mal, Muy mal. Luces no existen ninguna que pudieran alegrar estas fiesta, vemos las aceras levantadas, hace tiempo sin arreglar, los establecimientos vacios, la soledad y la tristeza de unas navidades que parecen más pobres que nunca, eso sí, en la Puerta del Sol, creo que habría como cincuenta tenderetes de venta de lotería de Navidad, y toda la gente pasando de dicha compra, parece que la gente antes de comprar lotería lo que quiere es comer cada día, y piensas en que ciudad vivimos, en que nube estamos, hacia donde circulamos, estas preguntas me hice cuando el autobús circulaba por la “Milla de Oro”, que esa si estaba muy bien iluminada, mi cerebro se siente contrariado, viendo a mi barrio mas humilde y marginado, que el barrio que cruza el autobús numero 9. Donde se notaba la falta de crisis. Este es el Madrid de la alcaldesa señora Botella. Que los barrios obreros y medianos no parece que tenga que cuidarlos y adecentarlos y tratar de arreglar las alcantarillas para evitar posibles accidentes, un saludo a mis amigos, desde, Madrid.
G X Cantalapiedra.