SIN AGUA NO HAY VIDA:
Que poco valoramos en estos tiempos, tener el agua en casa, cuando veo esos reportajes, por la tele, en esas tierras lejanas, en África, que no abunda el agua, a veces tienen que andar algunos kilómetros, hasta encontrarla, los niños van con sus madres, con cuencos, y cubos, para poder subsistir, y en los campamentos de refugiados, donde la tienen racionada, no solo para asearse, también para beber, es admirable como esas personas pueden seguir adelante, yo me pregunto ¿por qué el mundo esta tan mal repartido,? Mientras unos disfrutamos alegremente de este liquido tan valioso, otros no tienen ni para lo más básico, como es calmar la sed, tenemos ese privilegio, solo por haber nacido en un sitio u otro. Recuerdo cuando era niña que no teníamos agua en las casa, teníamos que ir a buscarla a los pozos, por cierto era muy mala, tenía mucha cal no se podía beber, teníamos unas vasijas de barro, para cuando llovía, poder recoger el agua, otras personas que tenían más medios económicos, hacían en sus casas aljibes, que son como pozos, para cuando llovía recoger el agua, y tenían para todo el año, a los demás se nos terminaba enseguida, teníamos que esperar a que lloviera para poder beber agua buena, a mí se me quedo muy grabado eso de las vasijas, sobre todo, cuando pasaban unos días, y ya el agua se iba acabando, en el fondo de la vasija, se veían como se movían unos bichos una especie de renacuajos, eso lo criaba el agua, pues eran aguas sin tratar, después hicieron pozos, fuera del pueblo, y ya empezaron, a tener más control sobre el agua, pero teníamos que andar bastante, el que tenía burros lo traían en ellos, porque andando, estaba muy retirado, hubo quien se dedicó a traerla, a los vecinos, naturalmente tenías que pagar por ello, con el tiempo como pasa con todo, se fue metiendo el agua en las casas, y con muchísimo más control, a pesar de todo, no es muy buena, no sé de donde viene, pero por lo menos no escasea, que yo sepa, ahora miras al pasado y te parece mentira, esperemos que con el cambio climático no volvamos para atrás, y perdamos algunos de los privilegios si no todos, que la naturaleza nos ha regalado, pero no hemos sabido conservarlo.
ROSARIO FAJARDO BLANCO
Que poco valoramos en estos tiempos, tener el agua en casa, cuando veo esos reportajes, por la tele, en esas tierras lejanas, en África, que no abunda el agua, a veces tienen que andar algunos kilómetros, hasta encontrarla, los niños van con sus madres, con cuencos, y cubos, para poder subsistir, y en los campamentos de refugiados, donde la tienen racionada, no solo para asearse, también para beber, es admirable como esas personas pueden seguir adelante, yo me pregunto ¿por qué el mundo esta tan mal repartido,? Mientras unos disfrutamos alegremente de este liquido tan valioso, otros no tienen ni para lo más básico, como es calmar la sed, tenemos ese privilegio, solo por haber nacido en un sitio u otro. Recuerdo cuando era niña que no teníamos agua en las casa, teníamos que ir a buscarla a los pozos, por cierto era muy mala, tenía mucha cal no se podía beber, teníamos unas vasijas de barro, para cuando llovía, poder recoger el agua, otras personas que tenían más medios económicos, hacían en sus casas aljibes, que son como pozos, para cuando llovía recoger el agua, y tenían para todo el año, a los demás se nos terminaba enseguida, teníamos que esperar a que lloviera para poder beber agua buena, a mí se me quedo muy grabado eso de las vasijas, sobre todo, cuando pasaban unos días, y ya el agua se iba acabando, en el fondo de la vasija, se veían como se movían unos bichos una especie de renacuajos, eso lo criaba el agua, pues eran aguas sin tratar, después hicieron pozos, fuera del pueblo, y ya empezaron, a tener más control sobre el agua, pero teníamos que andar bastante, el que tenía burros lo traían en ellos, porque andando, estaba muy retirado, hubo quien se dedicó a traerla, a los vecinos, naturalmente tenías que pagar por ello, con el tiempo como pasa con todo, se fue metiendo el agua en las casas, y con muchísimo más control, a pesar de todo, no es muy buena, no sé de donde viene, pero por lo menos no escasea, que yo sepa, ahora miras al pasado y te parece mentira, esperemos que con el cambio climático no volvamos para atrás, y perdamos algunos de los privilegios si no todos, que la naturaleza nos ha regalado, pero no hemos sabido conservarlo.
ROSARIO FAJARDO BLANCO