SANIDAD PÚBLICA
Comunidad de Madrid y la pandemia: incompetencia e irresponsabilidad
CARLOS BARRA GALÁN
4 DE AGOSTO DE 2020, 17:09
La irrupción en marzo de la pandemia provocada por el virus SARS-COV2 puso al descubierto las carencias y debilidades del sistema sanitario y los dispositivos de salud pública madrileños, ello es hoy una evidencia difícil de rebatir; pensar asimismo que una de las causas de esas carencias y debilidades pudiera haber sido la política de duros recortes practicada por los gobiernos regionales durante la última década parecería razonable; por ello y tras las gravísimas consecuencias que la pandemia ha comportado en el territorio de la Comunidad de Madrid con un número muy elevado de fallecimientos y de personas contagiadas, muchas de ellas con procesos muy graves de los que aún hoy no están plenamente recuperadas, se hacía exigible una actuación del gobierno autonómico que superando su deficiente gestión de la pandemia, planificase y preparase un plan de actuación ante una posible segunda oleada o aparición de rebrotes. Esa necesidad de prepararse para afrontar con más recursos y mejor organización una posible nueva escalada de contagios se asumió por parte de todas las Comunidades Autónomas dentro de un amplio consenso, siendo unánime en todas ellas la necesidad de fortalecer de manera inmediata al sistema sanitario. El duro confinamiento que se impuso mediante el estado de alarma consiguió tras semanas muy duras y trágicas doblegar la curva de contagios y poder afrontar el proceso de desescalada, en este proceso la Comunidad de Madrid volvió a distinguirse por su posición de confrontación con el Gobierno de España, en un principio queriendo ser la primera en superar las respectivas fases aduciendo estar totalmente preparada para ello cuando ciertamente los indicadores que debían superarse en cada paso de fase no se cumplían en la comunidad madrileña; el resultado final ya conocido fue que al concluir el estado de alarma la Comunidad de Madrid seguía en fase II.
Finalizado el estado de alarma y adentrados en la llamada nueva normalidad, existía un acuerdo prácticamente unánime en el papel trascendental que a partir de ese momento iba a jugar la Atención Primaria y los dispositivos de Salud Pública y dentro de estos los rastreadores; el objetivo era claro, diagnosticar precozmente los casos y localizar de manera rápida y eficaz los contactos de éstos, para ello era imprescindible reforzar con más recursos humanos ambas áreas. Parecía obligado no demorar la contratación de esos refuerzos necesarios e imprescindibles durante las semanas en que los casos disminuyeron mucho como consecuencia sin duda del duro confinamiento impuesto durante el estado de alarma. Veamos por tanto que medidas y acciones ha desarrollado el Gobierno de la Comunidad de Madrid para garantizar con la mayor seguridad posible la salud de los madrileños ante la aparición de rebrotes o la llegada de una hipotética segunda ola:
Continuar privatizando, incluso durante la pandemia, es una labor que el gobierno regional sigue practicando con enorme destreza
Indicar en primer lugar que la Atención Primaria, pieza clave según todos los expertos en esta nueva fase, se encuentra hoy en una situación de enorme debilidad, con carencias muy serias en recursos humanos con numerosos centros de salud funcionando por debajo de sus plantillas normales, los numerosos refuerzos que de manera propagandística prometieron los altos cargos de la Consejería así como la propia presidenta Díaz Ayuso no han llegado y ello ha obligado a que justamente ahora cuando más necesaria es una Atención Primaria fortalecida haya centros de salud que no abren por la tarde, otros con plantillas reducidas por las vacaciones de los profesionales, consultorios locales cerrados y el Summa 112 con imposibilidad en ocasiones de disponer de médico en algunas de sus UVIS móviles. Cabe preguntarse ¿Dónde están los mil profesionales y trabajadores que se dijo iban a ser contratados para garantizar un sistema fortalecido ante una eventual nueva oleada? Como seguimos viendo la propaganda y los anuncios incumplidos siguen siendo el comportamiento habitual de los gobiernos del Partido Popular, ahora junto a C's. Una auténtica irresponsabilidad.
Reforzar los dispositivos de Salud Pública es, según todos los expertos, imprescindible para controlar los brotes y en este campo también desde el gobierno regional se hicieron declaraciones públicas en el sentido de incrementar de manera sustancial sus recursos, hablaron de contratar 400 rastreadores (cifra ya de por sí baja) y a fecha de hoy sólo están prestando servicio alrededor de 180 según ha manifestado la propia Consejería de Sanidad, cifra tan exigua que impide un seguimiento rápido y eficaz de los contactos más aún si en bastantes casos no tienen la formación adecuada para desarrollar esa labor que exige algo más que efectuar llamadas telefónicas.
Durante el mes de julio primordialmente en su segunda quincena, se está produciendo un incremento notable de casos en el territorio de la Comunidad. con fecha 3 de agosto la web del Ministerio no recoge los datos del fin de semana en la Comunidad madrileña que no los ha remitido por problemas técnicos, desearía equivocarme pero es probable no sean buenas cifras. Es evidente se está produciendo un incremento de brotes y el problema no es tanto el diagnóstico por PCR pues ahora no hay problema de escasez de test, sino la situación de extrema debilidad de la Atención Primaria y la ridícula cifra de rastreadores que tiene hoy la Comunidad que seguirá siendo muy exigua incluso aunque el Consejero de Sanidad alarmado por el incremento de casos haya anunciado la contratación de más de un centenar de nuevos rastreadores; esa escasez de rastreadores dificulta de manera clara el seguimiento exhaustivo de contactos más aún si como denuncian los médicos de Atención Primaria no existe la adecuada coordinación entre ellos y los dispositivos de Salud Pública. La ausencia de un Plan al comienzo de la pandemia y su inexistencia hoy parece evidente y cabe preguntarse: ¿Quién ostenta el liderazgo sanitario? En mi opinión no lo ejerce el Sr. Consejero de Sanidad cuya incapacidad para liderar la sanidad madrileña durante la pandemia ya he denunciado anteriormente, tampoco lo ha asumido el contratado a bombo y platillo, Sr. Burgueño, desaparecido durante toda la pandemia, comportándose como un mando único desaparecido, lo que más bien haría pensar que quizá su función a desarrollar pudiera ser facilitar los contactos en las contrataciones que se han realizado con empresas del sector privado. Parecía que iba a desempeñar un papel preponderante el nuevo Viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19, Dr. Zapatero Gaviria, quien al llegar al cargo hizo declaraciones indicando se iba a proceder a dotar de los recursos necesarios a la sanidad madrileña; a fecha de hoy sus logros brillan por su ausencia en las funciones que a tenor de su cargo debe desarrollar. Sería ciertamente muy preocupante que su nombramiento hubiese obedecido no tanto a un perfil profesional acorde con los servicios sanitarios más protagonistas en esta nueva fase (Atención Primaria y Salud Pública) sino para repetir la propaganda de Ifema en este caso en relación al Hospital de la Pandemia que se quiere construir, y que supone un disparate que no se sustenta con un mínimo rigor planificador y que, eso sí, supone un nuevo ejemplo de despilfarro innecesario gravoso para los madrileños y quizá beneficioso para determinadas empresas privadas.
Donde el Gobierno Regional sigue siendo muy eficaz es en el mantenimiento de formas de contratación poco acordes con la necesaria trasparencia que debe presidir la contratación pública. Así conocimos que parte del exiguo servicio de rastreadores se adjudicó por vía de emergencia y sin publicidad a las empresas Indra y Telefónica por un valor de 421.080 euros y una duración de 1 mes. Asimismo la Comunidad de Madrid ha firmado contratos sin publicidad con la concesionaria BR Salud Unión Temporal de Empresas (Unilabs y Ribera Salud) para realizar pruebas PCR y test serológicos por un importe total de 6.945.600 euros, conviene recordar que estas empresas son bien conocidas en la Comunidad de Madrid, en una de ellas fue miembro de su consejo de administración el exconsejero Sr. Güemes y con la otra empresa ha tenido estrecha relación el Sr. Burgueño.
También está siendo muy eficaz el gobierno de Ayuso-Aguado en los procesos de privatización; la operación del Hospital Niño Jesús es un caso claro de colaboración público-privada que de realizarse significará un enorme beneficio para la empresa o unión de empresas que obtengan la licitación. La aparición en el Boletín Oficial de la Comunidad de la privatización de la limpieza del Hospital Gregorio Marañón hoy paralizada en los tribunales es otra muestra más del espíritu privatizador en materia sanitaria del gobierno Díaz Ayuso-Aguado.
Continuar privatizando, incluso durante la pandemia, es una labor que el gobierno regional sigue practicando con enorme destreza.
Los madrileños sufrieron mucho durante la irrupción de la pandemia, su gobierno regional mostró una absoluta ineptitud para gestionar la crisis sanitaria que aquella produjo y sus terribles consecuencia en pérdida de vidas humanas, entonces pudo ser un atenuante que nadie o muy pocos supieron vislumbrar la virulencia y capacidad de contagio del virus, pero ahora no hay atenuantes y lo realizado hasta hoy por el gobierno regional para afrontar nuevos rebrotes o incluso, ojalá no, una segunda oleada es insuficiente, no debidamente planificado y en consecuencia denota una incompetencia y falta de responsabilidad enormes.
Comunidad de Madrid y la pandemia: incompetencia e irresponsabilidad
CARLOS BARRA GALÁN
4 DE AGOSTO DE 2020, 17:09
La irrupción en marzo de la pandemia provocada por el virus SARS-COV2 puso al descubierto las carencias y debilidades del sistema sanitario y los dispositivos de salud pública madrileños, ello es hoy una evidencia difícil de rebatir; pensar asimismo que una de las causas de esas carencias y debilidades pudiera haber sido la política de duros recortes practicada por los gobiernos regionales durante la última década parecería razonable; por ello y tras las gravísimas consecuencias que la pandemia ha comportado en el territorio de la Comunidad de Madrid con un número muy elevado de fallecimientos y de personas contagiadas, muchas de ellas con procesos muy graves de los que aún hoy no están plenamente recuperadas, se hacía exigible una actuación del gobierno autonómico que superando su deficiente gestión de la pandemia, planificase y preparase un plan de actuación ante una posible segunda oleada o aparición de rebrotes. Esa necesidad de prepararse para afrontar con más recursos y mejor organización una posible nueva escalada de contagios se asumió por parte de todas las Comunidades Autónomas dentro de un amplio consenso, siendo unánime en todas ellas la necesidad de fortalecer de manera inmediata al sistema sanitario. El duro confinamiento que se impuso mediante el estado de alarma consiguió tras semanas muy duras y trágicas doblegar la curva de contagios y poder afrontar el proceso de desescalada, en este proceso la Comunidad de Madrid volvió a distinguirse por su posición de confrontación con el Gobierno de España, en un principio queriendo ser la primera en superar las respectivas fases aduciendo estar totalmente preparada para ello cuando ciertamente los indicadores que debían superarse en cada paso de fase no se cumplían en la comunidad madrileña; el resultado final ya conocido fue que al concluir el estado de alarma la Comunidad de Madrid seguía en fase II.
Finalizado el estado de alarma y adentrados en la llamada nueva normalidad, existía un acuerdo prácticamente unánime en el papel trascendental que a partir de ese momento iba a jugar la Atención Primaria y los dispositivos de Salud Pública y dentro de estos los rastreadores; el objetivo era claro, diagnosticar precozmente los casos y localizar de manera rápida y eficaz los contactos de éstos, para ello era imprescindible reforzar con más recursos humanos ambas áreas. Parecía obligado no demorar la contratación de esos refuerzos necesarios e imprescindibles durante las semanas en que los casos disminuyeron mucho como consecuencia sin duda del duro confinamiento impuesto durante el estado de alarma. Veamos por tanto que medidas y acciones ha desarrollado el Gobierno de la Comunidad de Madrid para garantizar con la mayor seguridad posible la salud de los madrileños ante la aparición de rebrotes o la llegada de una hipotética segunda ola:
Continuar privatizando, incluso durante la pandemia, es una labor que el gobierno regional sigue practicando con enorme destreza
Indicar en primer lugar que la Atención Primaria, pieza clave según todos los expertos en esta nueva fase, se encuentra hoy en una situación de enorme debilidad, con carencias muy serias en recursos humanos con numerosos centros de salud funcionando por debajo de sus plantillas normales, los numerosos refuerzos que de manera propagandística prometieron los altos cargos de la Consejería así como la propia presidenta Díaz Ayuso no han llegado y ello ha obligado a que justamente ahora cuando más necesaria es una Atención Primaria fortalecida haya centros de salud que no abren por la tarde, otros con plantillas reducidas por las vacaciones de los profesionales, consultorios locales cerrados y el Summa 112 con imposibilidad en ocasiones de disponer de médico en algunas de sus UVIS móviles. Cabe preguntarse ¿Dónde están los mil profesionales y trabajadores que se dijo iban a ser contratados para garantizar un sistema fortalecido ante una eventual nueva oleada? Como seguimos viendo la propaganda y los anuncios incumplidos siguen siendo el comportamiento habitual de los gobiernos del Partido Popular, ahora junto a C's. Una auténtica irresponsabilidad.
Reforzar los dispositivos de Salud Pública es, según todos los expertos, imprescindible para controlar los brotes y en este campo también desde el gobierno regional se hicieron declaraciones públicas en el sentido de incrementar de manera sustancial sus recursos, hablaron de contratar 400 rastreadores (cifra ya de por sí baja) y a fecha de hoy sólo están prestando servicio alrededor de 180 según ha manifestado la propia Consejería de Sanidad, cifra tan exigua que impide un seguimiento rápido y eficaz de los contactos más aún si en bastantes casos no tienen la formación adecuada para desarrollar esa labor que exige algo más que efectuar llamadas telefónicas.
Durante el mes de julio primordialmente en su segunda quincena, se está produciendo un incremento notable de casos en el territorio de la Comunidad. con fecha 3 de agosto la web del Ministerio no recoge los datos del fin de semana en la Comunidad madrileña que no los ha remitido por problemas técnicos, desearía equivocarme pero es probable no sean buenas cifras. Es evidente se está produciendo un incremento de brotes y el problema no es tanto el diagnóstico por PCR pues ahora no hay problema de escasez de test, sino la situación de extrema debilidad de la Atención Primaria y la ridícula cifra de rastreadores que tiene hoy la Comunidad que seguirá siendo muy exigua incluso aunque el Consejero de Sanidad alarmado por el incremento de casos haya anunciado la contratación de más de un centenar de nuevos rastreadores; esa escasez de rastreadores dificulta de manera clara el seguimiento exhaustivo de contactos más aún si como denuncian los médicos de Atención Primaria no existe la adecuada coordinación entre ellos y los dispositivos de Salud Pública. La ausencia de un Plan al comienzo de la pandemia y su inexistencia hoy parece evidente y cabe preguntarse: ¿Quién ostenta el liderazgo sanitario? En mi opinión no lo ejerce el Sr. Consejero de Sanidad cuya incapacidad para liderar la sanidad madrileña durante la pandemia ya he denunciado anteriormente, tampoco lo ha asumido el contratado a bombo y platillo, Sr. Burgueño, desaparecido durante toda la pandemia, comportándose como un mando único desaparecido, lo que más bien haría pensar que quizá su función a desarrollar pudiera ser facilitar los contactos en las contrataciones que se han realizado con empresas del sector privado. Parecía que iba a desempeñar un papel preponderante el nuevo Viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19, Dr. Zapatero Gaviria, quien al llegar al cargo hizo declaraciones indicando se iba a proceder a dotar de los recursos necesarios a la sanidad madrileña; a fecha de hoy sus logros brillan por su ausencia en las funciones que a tenor de su cargo debe desarrollar. Sería ciertamente muy preocupante que su nombramiento hubiese obedecido no tanto a un perfil profesional acorde con los servicios sanitarios más protagonistas en esta nueva fase (Atención Primaria y Salud Pública) sino para repetir la propaganda de Ifema en este caso en relación al Hospital de la Pandemia que se quiere construir, y que supone un disparate que no se sustenta con un mínimo rigor planificador y que, eso sí, supone un nuevo ejemplo de despilfarro innecesario gravoso para los madrileños y quizá beneficioso para determinadas empresas privadas.
Donde el Gobierno Regional sigue siendo muy eficaz es en el mantenimiento de formas de contratación poco acordes con la necesaria trasparencia que debe presidir la contratación pública. Así conocimos que parte del exiguo servicio de rastreadores se adjudicó por vía de emergencia y sin publicidad a las empresas Indra y Telefónica por un valor de 421.080 euros y una duración de 1 mes. Asimismo la Comunidad de Madrid ha firmado contratos sin publicidad con la concesionaria BR Salud Unión Temporal de Empresas (Unilabs y Ribera Salud) para realizar pruebas PCR y test serológicos por un importe total de 6.945.600 euros, conviene recordar que estas empresas son bien conocidas en la Comunidad de Madrid, en una de ellas fue miembro de su consejo de administración el exconsejero Sr. Güemes y con la otra empresa ha tenido estrecha relación el Sr. Burgueño.
También está siendo muy eficaz el gobierno de Ayuso-Aguado en los procesos de privatización; la operación del Hospital Niño Jesús es un caso claro de colaboración público-privada que de realizarse significará un enorme beneficio para la empresa o unión de empresas que obtengan la licitación. La aparición en el Boletín Oficial de la Comunidad de la privatización de la limpieza del Hospital Gregorio Marañón hoy paralizada en los tribunales es otra muestra más del espíritu privatizador en materia sanitaria del gobierno Díaz Ayuso-Aguado.
Continuar privatizando, incluso durante la pandemia, es una labor que el gobierno regional sigue practicando con enorme destreza.
Los madrileños sufrieron mucho durante la irrupción de la pandemia, su gobierno regional mostró una absoluta ineptitud para gestionar la crisis sanitaria que aquella produjo y sus terribles consecuencia en pérdida de vidas humanas, entonces pudo ser un atenuante que nadie o muy pocos supieron vislumbrar la virulencia y capacidad de contagio del virus, pero ahora no hay atenuantes y lo realizado hasta hoy por el gobierno regional para afrontar nuevos rebrotes o incluso, ojalá no, una segunda oleada es insuficiente, no debidamente planificado y en consecuencia denota una incompetencia y falta de responsabilidad enormes.
Madrid es la comunidad que menos casos tiene por número de habitantes de toda España. Las comunidades que más casos por habitante tienen son casualmente las del PSOE.